Yo soy Malala Resumen PDF | Malala Yousafzai y Christina Lamb
La niña que defendió la educación y fue tiroteada por los talibanes
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Introducción
Yo soy Malala es un libro autobiográfico de la ganadora más joven del Premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai. Coescrito con Christina Lamb, periodista británica, el libro se publicó en 2013. El libro se centra en los primeros años de la vida de Malala, incluida la propiedad de las escuelas por parte de su padre y su activismo. Luego profundiza en los acontecimientos que condujeron al intento de asesinato de Malala a manos de los talibanes, cuando solo tenía 15 años.
Como libro, esta autobiografía ganó el premio Goodreads 2013 a las Mejores Memorias y Autobiografía, y fue finalista en los Political Book Awards al mejor Libro Político del Año. Por último, la versión en audiolibro ganó un Grammy en 2015 al Mejor Álbum Infantil. Este resumen de Malala, un libro muy influyente, inspirador e impactante, ofrece un resumen conciso de sus cinco partes, Yo soy Malala: La historia de la niña que defendió la educación y fue tiroteada por los talibanes.
Sobre Malala Yousafzai
Malala Yousafzai es una activista pakistaní de 22 años a favor de la educación femenina que se convirtió en la galardonada más joven con el Premio Nobel. Recibió el galardón en 2014. En la zona en la que creció, los talibanes prohibían con frecuencia que las niñas fueran a la escuela; Malala y su padre abogaron por ello e iniciaron un movimiento internacional a favor de la educación de las niñas. Esto llevó al ex primer ministro pakistaní, Shahid Khaqan Abbasi, a describirla como "la ciudadana más destacada" de su país.
StoryShot #1: La educación de Malala en Pakistán
Los primeros años
Malala nació en una familia pastún del valle del Swat, en el noroeste de Pakistán. Desde el principio, el padre de Malala fue diferente de los demás padres. En Pakistán, el nacimiento de una niña no suele celebrarse; sin embargo, el padre de Malala estaba encantado y le puso el nombre de una heroína pastún: Malalai de Maiwand. Acabaría siendo un nombre apropiado, ya que Malalai de Maiwand murió en combate tras inspirar con sus palabras y su valentía a su pueblo para luchar contra el ejército británico. Malala no acabaría sacrificando su vida, pero sus palabras han cambiado la vida de miles de niñas y mujeres.
Malala habla muy bien de la época en que creció en Swat, un lugar que sigue considerando el más bello del mundo. Swat está repleto de hermosas montañas y ruinas antiguas, incluidas las ruinas de Butkara, que son restos de cuando los budistas entraron por primera vez en la zona. Al crecer, Malala y su familia tenían muy poco dinero. La familia tenía que vivir de las pequeñas cantidades de dinero que el padre de Malala obtenía de una escuela que había fundado en la zona. Malala también utiliza esta primera parte del libro para presentar a los lectores sus antecedentes. En primer lugar, describe que tiene dos hermanos menores: Kushal y Atal. Luego, explica su ascendencia. Su familia se trasladó a Pakistán en el pasado, lo que significa que ella se identifica principalmente como swati, luego pashtún y después pakistaní.
El padre de Malala
El segundo capítulo de la autobiografía de Malala se basa únicamente en su padre y el impacto que tuvo en su vida. A diferencia del abuelo de Malala, su padre no era un gran orador. Tenía un claro impedimento en el habla que le llevaba a tartamudear sus palabras. Por ello, el padre de Malala intentaba constantemente complacer a su padre. A pesar de ello, Malala afirma que nunca creyó estar a la altura de las expectativas de su abuelo, hasta que un día el padre de Malala decidió presentarse a un concurso de oratoria; el abuelo de Malala escribió un discurso y el padre de Malala pronunció un discurso apasionante. Acabó ganando el primer puesto. Ver esta determinación le inculcó a ella misma una determinación similar.
En esta autobiografía, Malala también da una breve descripción de su madre, Tor Pekai. Su madre fue a la escuela cuando era joven, pero vendía sus libros a cambio de caramelos porque estaba celosa de sus amigas que no iban a la escuela y se quedaban en casa. La madre de Malala cambió su opinión al respecto al conocer al padre de Malala, que era un hombre muy culto que quería fundar su propia escuela. Al nacer Malala, la escuela que el padre de Malala había iniciado tuvo un cambio de fortuna. Poco a poco, la Escuela Kushal empezó a crecer con la incorporación de más alumnos. Este entorno fue muy importante durante la crianza de Malala, ya que desde muy joven tuvo libertad para explorar la escuela y sus herramientas educativas.
Esta libertad para aprender es algo de lo que se dio cuenta cuando viajó a visitar el pequeño pueblo de la familia de su padre, Barkana, para las vacaciones de Eid. Sus primos creían que Malala era moderna, ya que venía de la ciudad y era muy educada. En la zona de la que procedían sus primos se adherían al Pashtunwali, lo que significaba que las mujeres de allí estaban aún más restringidas que las de la zona local de Malala. Desde muy joven, a Malala no le gustaban estas restricciones impuestas a las mujeres y se quejaba a menudo de ellas a su padre. Su padre le explicaba a menudo que la vida era aún peor para las mujeres en Afganistán, de donde proceden los antepasados de Malala, debido a un grupo llamado talibán. Sin embargo, el padre de Malala siempre se aseguró de que ella supiera que era tan libre como un pájaro. Siempre se esforzó por proteger sus libertades.
StoryShot #2: La excelencia académica de Malala y el continuo crecimiento de la escuela
Malala solía ser la mejor de la clase y competía amistosamente por ese puesto con su mejor amiga, Moniba. Durante este tiempo también aprendió algunas lecciones importantes de la vida. En concreto, una vecina de su edad, Safina, le robó su juguete favorito. Para vengarse, Malala robó poco a poco muchas cosas a Safina. Cuando la pillaron, Malala se sintió fatal por haber decepcionado a sus padres. En ese momento, Malala juró no volver a mentir ni a robar. De hecho, poco después (para que sus padres se sintieran orgullosos) Malala se presentó a un concurso de oratoria sobre el tema "La honestidad es la mejor política". Malala quedó segunda y también vio en ello una oportunidad para aprender a perder con gracia.
La escuela del padre de Malala siguió atrayendo a más alumnos y, gracias a ello, Malala y su familia pudieron mudarse a una casa más bonita. Algunos de sus primos, de los que hemos hablado antes, vivían en la casa con ellos. Además, el padre de Malala se empeñó en dar plazas en la escuela a niños de entornos pobres, para que pudieran aprender. Sin embargo, a veces la escuela sufría ataques. Por ejemplo, Malala recuerda ocasiones en las que un muftí (erudito islámico) intentó cerrar la escuela, pues creía que la educación de las mujeres era una blasfemia. Al final no lo consiguió, pero para Malala fue otro indicador de que hay mucha gente que cree que las mujeres no deben tener derecho a la educación.
StoryShot #3: La introducción de los talibanes en la vida de Malala
Tras múltiples dinámicas políticas, explicadas con detalle por Malala, se produjo la llegada de los talibanes al valle de Swat, dirigidos por Maulana Fazlullah. Esto ocurrió cuando Malala tenía sólo 10 años. Mucha gente de la zona apoyaba a este líder, ya que parecía carismático, pero el padre de Malala no. Fazlullah pidió que se retiraran todos los CD, DVD y televisores de los hogares; Malala y su familia conservaron los suyos en secreto.
Además, Fazlullah dijo directamente a las mujeres que debían quedarse en casa en lugar de ir a la escuela; Malala sabía que eso no era lo que decía el Corán. A pesar de que las sugerencias de Fazlullah no estaban respaldadas por el Corán, algunos de los profesores de Malala se negaron a seguir enseñando a las niñas. Y lo que es peor, cuando las mujeres salían de casa para ir al mercado, los talibanes las abucheaban y les decían que se fueran a casa. Este abucheo continuaba hasta que las mujeres accedían a volver a casa. Fazlullah implantó múltiples normas bárbaras, como la flagelación pública por delitos menores; el padre de Malala acabó convirtiéndose en una de las mayores figuras públicas que se pronunciaron contra este régimen.
Fue un momento especialmente difícil para Malala. Las cosas que siempre le habían gustado del valle del Swat estaban siendo erradicadas. La música estaba prohibida. Su historia estaba siendo destruida. Y las hermosas estatuas budistas fueron voladas, por considerarlas pecaminosas. En un panorama político más amplio, los talibanes también tomaron la capital, Islamabad, y el gobierno "pakistaní". En un intento de instaurar un político lo suficientemente popular como para luchar contra los talibanes, la primera ministra, Benazir Bhutto, regresó del exilio para compartir el poder con Musharraf. Bhutto fue un modelo para Malala. Los talibanes intentaron matar a Bhutto cuando regresaba, bombardeando el autobús en el que viajaba; ella no murió, pero sí otras 150 personas. Sin embargo, los talibanes sí la mataron más tarde; estaba dando un discurso y un suicida se inmoló y le disparó. Este fue un momento importante para Malala, ya que le demostró a ella y a muchos otros que nadie estaba a salvo bajo el gobierno de los talibanes.
La escuela como luz de guía en medio de la oscuridad
A pesar del horrible régimen talibán, Malala siguió adelante con su educación. Se graduó en secundaria. Siguió siendo la mejor de su clase, pero el entorno había cambiado, ya que algunas niñas abandonaron los estudios porque se sentían amenazadas por los talibanes. Esto se debió a los bombardeos, orquestados por los talibanes, contra las escuelas de niñas.
Durante este tiempo, el padre de Malala le dijo constantemente que se necesitaría valor para deshacerse de los talibanes. En esa época, el padre de Malala fue elegido portavoz de una asamblea destinada a desafiar a Fazlullah. Malala asistía a menudo a estas reuniones y sus compañeros activistas la veían como una hija para ellos. De hecho, Malala incluso empezó a conceder entrevistas. Los bombardeos se hicieron más frecuentes y devastadores. Por ello, la escuela de Malala acogió a algunas de las niñas que habían sido víctimas de los bombardeos escolares. En 2008, los talibanes anunciaron el cierre de todas las escuelas para niñas. Esto no detuvo a Malala, que estaba decidida.
El padre de Malala continuó hablando contra los talibanes y Malala comenzó a escribir como Gul Makai
Los talibanes empezaron a arrojar por la noche los cadáveres de los que habían matado en la plaza. Se suponía que esto serviría de advertencia para los demás. Estas acciones, junto con otros asesinatos devastadores, redujeron el apoyo de la gente a Fazlullah. Mucha gente dejó de creer en Fazlullah, pero el padre de Malala fue el que se pronunció, con fuerza, contra él. Esto puso al padre de Malala en peligro.
Un día, el padre de Malala recibió una llamada de Abdul Hai Kakar, entrevistado por la BBC, en la que le preguntaba por una profesora o alumna a la que pudiera pedir que escribiera un diario público sobre la vida bajo el régimen talibán. Malala aceptó. Todas las noches contaba a la BBC lo que le había ocurrido aquel día. Malala escribió bajo el seudónimo de Gul Makai, ya que habría sido demasiado peligroso utilizar su propio nombre. Sus escritos eran una mezcla de los terrores de los talibanes y de su vida escolar y familiar. Debido a su excelencia académica, sus compañeras de clase supusieron que probablemente era ella la autora. Mientras tanto, se acercaba la fecha límite para el cierre de las escuelas de niñas. Finalmente, los talibanes decidieron permitir la educación de las niñas hasta cuarto curso y, a pesar de que Malala estaba en quinto, fingió ser más joven de lo que realmente era.
Además, el padre de Malala dio permiso a un periodista paquistaní, Irfan Ashraf, para filmar un documental estadounidense sobre la escuela. Sin embargo, esta publicidad era peligrosa. En ese momento, los amigos y la familia de Malala temían por su seguridad y la de su padre. A pesar de ello, muchos confiaban en que los talibanes no matarían a Malala, ya que sólo era una niña. En cualquier caso, Malala y su familia acabarían abandonando Swat, ya que el ejército pretendía expulsar a los talibanes. Por lo tanto, se pidió a los civiles que se marcharan. Fue un momento muy difícil para Malala: no estaba segura de que volvería a ver su hogar. Durante este tiempo, Malala y su padre siguieron concediendo entrevistas sobre la situación.
StoryShot #4: Regreso a casa y más activismo
Después de tres meses fuera de su casa, la familia de Malala pudo finalmente regresar. Swat no estaba totalmente bajo control militar. Sin embargo, Fazlulluah seguía en libertad, junto con muchos otros líderes talibanes. Al poder volver a la escuela, Malala comenzó a participar en la Asamblea Infantil del Distrito de Swat y fue elegida oradora; aprobaron resoluciones sobre temas preocupantes como el trabajo infantil y las enviaron a los funcionarios, con la esperanza de que estos actuaran en consecuencia.
A pesar de la reducción del impacto de los talibanes, siguió habiendo desaparecidos y condenas a muerte asociadas al grupo. El padre de Malala fue una de las personas que recibió múltiples amenazas de muerte por hablar, pero no se detuvo. Malala tampoco se detuvo. Empezó a ganar más atención internacional, y ahora habló en una gala de alto nivel en Lahore. Además, recibió un premio en metálico de medio millón de rupias cuando ganó el primer Premio Nacional de la Paz de Pakistán. Este premio se denominó entonces premio Malala. Aunque es enormemente impresionante, esta fue otra pieza de publicidad que preocupó a la familia de Malala.
Malala siguió participando en múltiples actividades de activismo, pero cuando se encontraba en Karachi para asistir a un acto en una escuela que llevaba su nombre, Malala y su padre recibieron la noticia de que los talibanes los tenían en el punto de mira. El padre de Malala sugirió que pasaran desapercibidos durante un tiempo o que la enviaran a un internado como su hermano para que estuviera más segura, pero ella se negó a hacer cualquiera de las dos cosas, creyendo que tenían que seguir hablando. El padre de Malala señaló que había una nueva talibanización, salvo que esta vez estaba dirigida específicamente a activistas como ellos, en lugar de al público en general. A estas amenazas se sumaron múltiples visitas de los servicios de inteligencia.
Malala tiene ahora 14 años. En el Islam, esto significaba que ya era adulta. Un día, el padre de Malala recibió una llamada en la que le decían que habían disparado a su amigo Zahid Khan, y temía ser el siguiente. Sin embargo, rechazó la seguridad de la policía de Swat porque pensó que eso atraería ataques aún peores que matarían a más personas. También se negó a abandonar la zona por su responsabilidad con la escuela. Para proteger a Malala, su madre insistió en que tomara el rickshaw para ir a la escuela en lugar de ir a pie.
El 8 de octubre, tras haber hecho un examen de física, Malala cogió el autobús para volver a casa desde la escuela. Un hombre sospechoso paró el autobús. El hombre preguntó al conductor por el nombre de Malala. Tras ser guiado hasta Malala, el hombre sospechoso procedió a dispararle cuatro veces. El primer disparo le dio en el ojo. Los otros disparos no le dieron a ella, pero sí a sus amigos.
StoryShot #5: Malala lucha por su vida en el hospital
Inmediatamente después del tiroteo, el conductor del autobús lo condujo directamente al hospital. El padre de Malala fue notificado y también fue llevado al hospital después de pronunciar un discurso. El padre de Malala sabía que los talibanes tenían como objetivo a Malala en lugar de a él, ya que sabían que eso lo doblegaría a él también.
A continuación, Malala fue trasladada por aire a un hospital militar de Peshawar con su padre y Madam Maryam. La tomografía computarizada reveló que la bala había pasado muy cerca de su cerebro. Su madre y su hermano, Atal, llegaron a Peshawar por carretera, y muchos políticos y funcionarios del gobierno acudieron también a verla. Los cirujanos tuvieron que extirpar parte del cráneo de Malala para dejar espacio a su cerebro, ya que había empezado a hincharse.
Mientras Malala se recuperaba, los talibanes reivindicaron su asesinato. El motivo aducido fue la promoción de ideas occidentales en Swat. Dos médicos británicos determinaron entonces que las condiciones no eran lo suficientemente buenas para su recuperación y que moriría si permanecía allí. Así que la trasladaron a Rawalpindi, a un hospital militar con mejores cuidados intensivos. El hospital se cerró porque se temía que los talibanes lo atacaran.
El padre de Malala se enteró entonces de la gran repercusión que estaba teniendo el tiroteo de Malala en todo el mundo. Tanto el secretario de la ONU como Obama habían hecho declaraciones sobre el tiroteo.
StoryShot #6: Malala es trasladada al Reino Unido y se recupera
Una de las doctoras británicas, la Dra. Fiona, se mostró optimista sobre la recuperación de Malala, pero también explicó que debía ser enviada al extranjero para garantizar que recibiera el mejor tratamiento. La familia gobernante de los Emiratos Árabes Unidos ofreció su jet privado para trasladarla al Hospital Reina Isabel de Birmingham (Reino Unido). Esta sería la primera vez que Malala saliera de Pakistán en su vida.
Malala se despertó en Birmingham una semana después del tiroteo. No sabía dónde estaba ni qué había pasado. Su mayor preocupación no era la salud, sino cómo pagaría su familia este costoso tratamiento. En Pakistán, el ejército realizaba registros puerta a puerta en Swat buscando a los que habían disparado a Malala. A Malala le contaron lo sucedido y lo único que lamenta es no haber podido hablar con los atacantes. Durante ese tiempo, lo único que quería era seguir aprendiendo. Quería que sus padres llevaran su mochila escolar al Reino Unido, pero su familia siguió teniendo problemas para conseguir los documentos correctos. Se reunieron al cabo de 10 días.
El atacante de Malala fue finalmente identificado: Ataullah Khan. Los funcionarios paquistaníes prometieron detenerlo, mientras que el gobierno paquistaní aceptó pagar las facturas médicas de Malala. Además, el presidente pakistaní concedió al padre de Malala un puesto de diplomático pakistaní para la educación. Esto significaba que podía permanecer en Inglaterra, donde él y su familia estarían a salvo. Esta historia se deformó en Pakistán, y la gente rumoreó que su padre había disparado a Malala para que pudiera vivir una vida de fama y lujo internacional en otro país.
Malala y su familia se mudan a un apartamento en Birmingham. Sin embargo, les cuesta adaptarse. Sus amigos han vuelto a Pakistán. Sin embargo, Malala comenzó a ir a la escuela en Birmingham, y su padre acudió a conferencias sobre educación. Malala tenía recuerdos del tiroteo, pero estaba en paz con ello.
Cuando Malala cumplió 16 años, en 2013, habló en las Naciones Unidas. Todavía espera volver a Pakistán, pero su padre sigue dando razones por las que no deben ni pueden hacerlo. La situación en Pakistán sigue siendo tortuosa. Las escuelas siguen siendo dinamitadas. Los ataques con drones y las guerras han dejado su ciudad natal dañada. Sin embargo, para ella, el valle en el que creció sigue siendo el lugar más hermoso del mundo.
Ella termina el libro con las palabras: "Soy Malala. Mi mundo ha cambiado, pero yo no".
Resumen y revisión final
"Yo soy Malala"es un libro autobiográfico escrito por Malala Yousafzai, la ganadora más joven del Premio Nobel de la Paz. Fue coescrito con Christina Lamb, periodista británica, y publicado en 2013.
El libro narra los primeros años de la vida de Malala, incluida la propiedad de escuelas por parte de su padre y su activismo, y los acontecimientos que condujeron al intento de asesinato de Malala a manos de los talibanes cuando tenía 15 años.
Yo soy Malala está dividido en cinco partes, cada una de las cuales abarca diferentes aspectos de la vida de Malala y su defensa de la educación. Uno de los aspectos más conmovedores del libro es la descripción de los esfuerzos de los talibanes por suprimir la educación de las niñas en la región, incluido el intento de asesinato de Malala. El relato del atentado y de la recuperación de Malala es conmovedor y muestra la resistencia y determinación de esta joven.
En general, "Yo soy Malala" es una lectura obligada para cualquier persona interesada en el activismo, la educación y los derechos humanos. Es un poderoso recordatorio de la importancia de defender aquello en lo que creemos y del poder transformador de la educación.
Clasificación
Calificamos este libro con un 4,1/5.
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