Los peligros ocultos en los alimentos saludables que causan enfermedades y aumento de peso
La vida es muy ajetreada. Tiene La paradoja de las plantas ¿ha estado acumulando polvo en su estantería? En lugar de ello, recoja ahora las ideas clave.
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La perspectiva de Steven Gundry
Steven R. GundryEl Dr. G. B., es el director del Instituto Internacional del Corazón y los Pulmones en Palm Springs, California. Además, es el fundador y director del Centro de Medicina Restaurativa de Palm Springs y Santa Bárbara.
Tras una distinguida carrera quirúrgica como profesor y presidente de cirugía cardiotorácica en la Universidad de Loma Linda, el Dr. Gundry cambió su enfoque hacia la curación de las enfermedades modernas mediante cambios en la dieta. Es el autor más vendido de The Longevity Paradox, The Plant Paradox Cookbook, The Plant Paradox Quick and Easy y Dr. Gundry's Diet Evolution. También ha escrito más de trescientos artículos publicados en revistas especializadas.
Sinopsis
La paradoja de las plantas expone los peligros ocultos en las plantas y la carne animal que hacen que la gente engorde y enferme. El libro va más allá de las explicaciones de los libros de texto sobre las sustancias e ingredientes cruciales de los alimentos recomendados en la dieta americana estándar.
The Plant Paradox también presenta la proteína vegetal altamente tóxica llamada lectina y cómo destruye el equilibrio de nuestra flora intestinal. Los alimentos que entran en esta categoría se incluyen en varios regímenes dietéticos para lograr una salud y un bienestar óptimos.
Este es un libro escrito para personas que buscan entender por qué no están perdiendo peso, a pesar de sus mejores esfuerzos. También es un libro para pacientes diagnosticados con diabetes, cáncer y enfermedades autoinmunes. El autor, Steven Mundy, sugiere que eliminar ciertos alimentos puede revertir las enfermedades.
La Paradoja Vegetal no está escrita para favorecer un régimen dietético sobre otro, sino para iluminar los peligros de los alimentos aparentemente saludables. No es una cura milagrosa que surta efecto inmediatamente. Es una progresión gradual que implica aprender sobre el propio cuerpo y cómo reacciona a ciertos alimentos. Es un viaje y no una carrera hasta la meta.
El programa Plant Paradox pretende desmontar los mitos y sacar a la luz las prácticas agrícolas e industriales que causan más daños que beneficios. Ofrece una solución proporcionando ingredientes sustitutivos, enseñando procesos de desintoxicación, desarrollando recetas sin lectinas y mostrando cómo disfrutar de las comidas basadas en plantas.
StoryShot #1: El propósito de las lectinas
Las lectinas son proteínas que sirven como mecanismo de protección de las plantas contra los insectos y otros depredadores vegetales.
Las presas desarrollan mecanismos defensivos que impiden que los depredadores se las coman. Steven Gundry sugiere que lo mismo puede decirse de las plantas. Las plantas están menos dispuestas a ser nuestra próxima comida de lo que se pensaba. Al igual que los animales, las plantas han desarrollado estrategias defensivas que las hacen menos propensas a los ataques de los depredadores. Una proteína específica, la lectina, es la principal arma que utilizan las plantas. Las lectinas están presentes de forma natural en las hojas, semillas, pieles y granos de la mayoría de las plantas. Concretamente, las lectinas se producen en la piel de la planta como barrera exterior. También se concentran en las importantísimas semillas, que son la siguiente generación de la especie. Los italianos siempre han eliminado la piel y las semillas del tomate. Lo supieran o no, estaban eliminando la mayor parte de las lectinas.
StoryShot #2: El lado negativo de las lectinas
Una vez consumidas, las lectinas se unen a las moléculas de azúcar en el cerebro y las terminaciones nerviosas del animal. Así, el sistema nervioso del animal se vuelve menos eficiente. La reducción de la eficiencia del sistema nervioso puede estar asociada a la niebla cerebral en los seres humanos. La niebla cerebral se refiere a los momentos en los que se experimentan dificultades con la memoria y la concentración. En el caso de los humanos, las lectinas también están asociadas al aumento de peso. Uno de los peores tipos de lectina para el aumento de peso es la llamada Aglutinina de Germen de Trigo. Esta lectina se encuentra en el trigo y hace que el azúcar entre en las células grasas de nuestro cuerpo. Nuestras células adiposas transforman este azúcar en grasa, lo que en última instancia significa que aumentamos de peso.
Estos puntos se apoyan en que los humanos de climas septentrionales favorecían el trigo como su elección de grano. Comer trigo ayudaba a estas personas a mantener su peso cuando la comida era escasa. El trigo les ayudaba a sobrevivir a los duros inviernos. Dicho esto, los beneficios de estas sociedades históricas del norte ya no son relevantes. Vivimos en sociedades con una sobreabundancia de alimentos y una calefacción central generalizada. Por tanto, engordar sólo repercute negativamente en nuestra salud.
Las mismas toxinas vegetales que pueden matar o debilitar a un insecto también son capaces de destruir silenciosamente su salud. Debido a nuestro tamaño, los efectos de estas lectinas son sutiles. Aun así, con el paso de los años, pueden acumularse y causar afecciones como las enfermedades autoinmunes.
La buena noticia es que estos problemas pueden revertirse sanando su intestino y aprendiendo a qué lectinas es usted sensible.
StoryShot #3: Qué lectinas son buenas
No todas las lectinas son perjudiciales. De hecho, algunas son saludables. El manejo de determinadas lectinas depende de su ascendencia.
Cuanto más tiempo hayan consumido tus antepasados las lectinas, más tiempo y oportunidades habrán tenido su sistema inmunitario y su microbioma para desarrollar una tolerancia a ellas. Nosotros habremos heredado parte de esta tolerancia.
Nuestro cuerpo tiene un elaborado sistema de defensa contra las lectinas. Nuestra saliva, mucosidad, ácido estomacal y microbioma contribuyen a neutralizar y digerir las lectinas. Si todo está bien con su salud intestinal, las lectinas no deberían tener éxito en atravesar su pared intestinal y entrar en su sangre. En la sangre es donde las lectinas pueden causar un daño real.
Mediante el mimetismo molecular y siendo casi indistinguibles de otras proteínas naturales de nuestro cuerpo, las lectinas engañan al sistema inmunitario para que ataque nuestros órganos. También pueden actuar como hormonas, a veces bloqueando el funcionamiento de nuestras hormonas reales.
El libro esboza algunos sucesos importantes en la historia reciente del ser humano que han introducido lectinas problemáticas en nuestra dieta.
StoryShot #4: La historia de las lectinas
La revolución agrícola de hace aproximadamente 10.000 años fue el inicio del impacto de las lectinas en el ser humano. Hasta ese momento, los humanos nunca habían consumido legumbres ni cereales. Los restos de los esqueletos humanos muestran que después de este periodo, la altura media de los humanos y el tamaño del cerebro disminuyeron drásticamente. Esta época también se asoció con el primer caso de artritis.
Nuestros antepasados adoptaron enfoques específicos para minimizar los efectos adversos de las lectinas. Por ejemplo, utilizaron la fermentación desarrollando tecnologías específicas para agilizar este proceso. También preferían eliminar el salvado exterior o la cáscara del grano.
El trigo integral contiene una lectina dañina llamada aglutinina de germen de trigo, que la versión refinada no contiene. Esta lectina se adhiere a las articulaciones y a la córnea, entre otras cosas.
El segundo cambio significativo fue una mutación en las vacas del norte de Europa hace unos 2000 años. Esta mutación les hizo crear la proteína caseína A-1 en lugar de la anterior caseína A-2. Durante la digestión, se convierte en una proteína similar a la lectina llamada beta-casomorfina. Como este tipo de vaca producía más leche, los ganaderos las preferían. Ahora son las vacas productoras de leche estándar y nos llenan de lectinas dañinas cuando consumimos su leche.
En tercer lugar, las nuevas plantas de América llegaron a Europa hace aproximadamente 500 años. Los europeos descubrieron América y llevaron a sus países nuevos alimentos. Algunos de ellos eran alimentos que nunca antes habían consumido. Esto incluye la familia de las solanáceas. La familia de las solanáceas incluye muchos tipos de judías, legumbres, cereales, calabazas y ciertos tipos de semillas.
En las últimas cinco décadas, las innovaciones en la producción de alimentos han afectado gravemente a nuestra salud intestinal y han aumentado nuestra sensibilidad a las lectinas. Las siguientes secciones tratarán sobre estas innovaciones.
StoryShot #5: Los antibióticos y sus bacterias intestinales
Los antibióticos pueden salvar la vida en ciertas condiciones extremas. También tienen un efecto devastador en su microbioma. Utilizarlos es como bombardear los microbios del intestino. El microbioma puede tardar hasta dos años en recuperarse. Dicho esto, algunos microbios desaparecerán para siempre.
StoryShot #6: Mejore su dieta en lugar de confiar en las drogas
Los AINE, abreviatura de antiinflamatorios no esteroideos, son populares para aliviar el dolor leve, la fiebre y la inflamación. Estos medicamentos incluyen el ibuprofeno, el naproxeno y el celebrex. Estos AINE se desarrollaron en la década de 1970 y se comercializaron como una alternativa más segura a la aspirina. Se ha descubierto que la aspirina daña el revestimiento del estómago si se utiliza durante un periodo prolongado. Este daño a la barrera mucosa del intestino delgado y del colon permite que las lectinas atraviesen la pared intestinal. Las empresas farmacéuticas celebraron la búsqueda de una nueva alternativa.
Por desgracia, los humanos modernos no son tan inteligentes. Si comemos algo que no nos sienta bien o nos pone enfermos, encontramos o inventamos algo igualmente perjudicial. Creamos fármacos, como el ibuprofeno, que disminuyen el dolor de comer alimentos que nos están destruyendo. Simplemente deberíamos dejar de comer alimentos que contienen lectinas dañinas.
StoryShot #7: Medicamentos y alimentos que hacen crecer las bacterias malas
El ácido del estómago acidifica de forma natural el intestino delgado, confinando la mayoría de nuestras bacterias intestinales en el intestino grueso. Los IBP interrumpen este proceso y pueden provocar un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado. Estas bacterias no deben estar aquí. Los edulcorantes artificiales, como la sucralosa, la sacarina y el aspartamo, matan las bacterias sanas y permiten el crecimiento excesivo de las malas.
Clasificación
La paradoja del plan PDF, audiolibro gratuito y animación
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Es un libro maravilloso lleno de información científica que se agradece a su autor y a este canal. Me aclara las claves del camino en que voy y del cual me estoy beneficiando tanto. Gracias
Estamos encantados de oírlo. ¡Gracias por tu comentario, Mercedes!