La vida es muy ajetreada. Tiene Las 48 leyes del poder ¿ha estado acumulando polvo en su estantería? En lugar de ello, recoja ahora algunas de las ideas clave.
Estamos arañando la superficie. Si aún no tiene el libro, pídalo o consiga el audiolibro gratis en Amazon para conocer los jugosos detalles.
La perspectiva de Robert Greene
Robert Greene es un autor estadounidense de gran éxito. Sus libros se centran principalmente en la estrategia, el poder y la seducción. Muchas de sus ideas se apoyan en los principios del budismo zen, ya que es estudiante del mismo. Actualmente es autor de seis bestsellers internacionales. Greene creció en Los Ángeles y asistió a la Universidad de California, Berkeley. Posteriormente, se licenció en la Universidad de Wisconsin-Madison en estudios clásicos. Antes de convertirse en autor, Greene calcula que trabajó en 80 empleos, entre ellos como obrero de la construcción, traductor, editor de revistas y guionista de películas de Hollywood. En 1995, Greene trabajó como escritor en Fabrica, una escuela de arte y medios de comunicación en Italia, y conoció a un empaquetador de libros llamado Joost Elffers. Greene le propuso a Elffers un libro sobre el poder y escribió un tratamiento que acabó convirtiéndose en Las 48 leyes del poder. Robert Greene es también autor de Las leyes de la naturaleza humana y Las 33 estrategias del derecho.
Algunas de las personas más poderosas del mundo han elogiado Las 48 leyes del poder de Robert Greene. Este artículo ofrece técnicas óptimas para establecer el poder y la influencia en cualquier situación. Muestra cómo obtener este poder de forma ética.
Muchos de los lectores y críticos de Greene coinciden en que las leyes de Maquiavelo se parecen a las de Greene. Sólo que este último utiliza ejemplos de la vida real para demostrar las leyes. Además, emplea citas filosóficas para dilucidar sus ideas.
Algunas de las ideas clave de Las 48 leyes del poder se resumen aquí.
Idea clave #1 Consigue que la gente confíe en ti
Muchos creen que para influir en el lugar de trabajo hay que conectar con un supervisor poderoso. Greene lo desaconseja.
Si cometes un error, el poderoso jefe simplemente te despedirá y contratará a un nuevo empleado. En cambio, ofrece una nueva idea. Elige un jefe débil y haz que dependa de ti hasta que no pueda lograr nada sin ti. Haz que esté tan unido a tu destino que no pueda deshacerse de ti fácilmente. Para conseguirlo, sé el único que puede realizar lo que tú haces.
Muchos de los grandes condottieros del Renacimiento italiano lucharon batalla tras batalla por sus amos en el siglo XIV sólo para ser deportados, encarcelados o asesinados. El problema no era la ingratitud. Era el hecho de que había un suministro aparentemente ilimitado de aquellos que eran tan capaces y heroicos. Pueden ser simplemente reemplazados. Matarlos no suponía ninguna pérdida.
Cuando consigues que la gente confíe en ti, controlas completamente las circunstancias. Controlar a los demás es más fácil cuando dependen totalmente de ti. Por lo tanto, nunca, jamás, eduques tanto a tus subordinados que se vuelvan autosuficientes.
Idea clave #2 Con tanto en juego en tu reputación, vale la pena protegerla con tu vida
Para la autoridad, la reputación de una persona es esencial. Es posible intimidar y ganar basándose sólo en su reputación. Una buena reputación puede ayudarte a potenciar tu fuerza y evitar que los posibles oponentes descubran quién eres en realidad. Aumenta tu presencia y tus fuerzas sin gastar mucha energía.
Sin embargo, si empañas esa reputación, estarás abierto a que te asalten por todos lados. Cree una reputación impenetrable para usted. Esté atento a las posibles amenazas y deténgalas antes de que se produzcan", aconseja el autor.
Como joven profesional, empiezas de cero para establecerte como figura de autoridad. Tienes la oportunidad de establecerte como trabajador, organizado y digno de confianza. Sin embargo, una sola metedura de pata podría empañar tu buen nombre.
Puedes hacer el ridículo en una sola noche de fiesta si bebes demasiado. Si llegas tarde o no estás preparado para una reunión importante, puedes dañar tu reputación.
Lo que uno quiere que se reconozca y la forma de salvaguardar esa imagen son dos cosas diferentes.
Idea clave #3 Mantén siempre tus intenciones en secreto
Revelar tus verdaderas intenciones rara vez es ventajoso. Los demás pueden estar en desacuerdo contigo o, peor aún, creer que tus objetivos son contrarios a los suyos, lo que puede provocar un grave enfrentamiento.
Haga que el instinto humano de confiar en las apariencias trabaje para usted. Utiliza pistas falsas y señuelos para confundir a tu público objetivo. No puedes ocultar tus verdaderas intenciones cerrándote al mundo. En lugar de ello, habla de ellos sin cesar, pero no de los que quieres perseguir. A tus adversarios les resultará difícil identificarte, ya que parecerás amable, abierto y digno de confianza.
Disfrazar su comportamiento utilizando cortinas de humo. La gente sólo puede concentrarse en una cosa a la vez. No pueden descifrar que la persona con la que están interactuando está trabajando en otra estrategia.
Al ocultar tus motivos, la gente te percibirá como agradable y honesto. Eso les llevará por el mal camino. Cuando descubran lo que pretendes, será demasiado tarde. Además, es menos probable que la gente sospeche de tus motivos si eres soso y discreto, ya que confían en lo predecible.
Idea clave #4 No parece estar exenta de defectos
Siempre es arriesgado parecer superior a los demás. Sin embargo, lo más peligroso de todo es parecer demasiado perfecto. Sólo los muertos y los dioses pueden parecer impecables.
Cuanto más se esfuerza uno por "parecer" impecable, más se le examina. La presión y la decepción pueden llegar. Lo más probable es que te pregunten por tus defectos en una selección de trabajo. La respuesta "ninguno" es incorrecta. La respuesta ideal es confesar libremente tus puntos débiles en áreas insignificantes.
Mientras tanto, el foco de atención recaerá inevitablemente sobre ti a medida que vayas ganando autoridad. Según el libro, no debes reclamar todo el crédito. En su lugar, actúa de tal manera que tu "público" vea tu éxito como "alcanzable".
La envidia engendra adversarios silenciosos. Esta envidia hará que otras personas se vuelvan hipócritas o demasiado elogiosas, ambos signos de un desastre inminente. Es prudente exhibir los defectos y admitir los vicios inocuos periódicamente. Puede decir que su logro fue ayudado por la suerte u otras circunstancias. Esta forma desvía los celos y te hace parecer más humano y accesible.
José, en la Biblia, es un ejemplo de alguien que podría relacionarse con este principio. Cuando informó a sus hermanos sobre su sueño, esto provocó celos. Todavía no era un "logro". Pero como sus hermanos ya le envidiaban, sus pensamientos de éxito casi le cuestan la vida.
Idea clave #5 No te comprometas con nadie
No te comprometas con ningún bando o causa que no sea la tuya. Mantén el control conservando tu independencia: otros competirán por tu atención. También es posible que enfrente a las facciones opuestas.
Pierdes todo el control sobre las personas si les permites creer que te poseen de alguna manera. Por el contrario, se esforzarán aún más por conquistarte si no comprometes tus sentimientos. Mantén la distancia y adquirirás el poder que supone su enfoque indiviso y su necesidad insatisfecha. La idea no es ahuyentarlos o hacer que parezca que no puedes comprometerte. Debes agitar la olla, despertar la atención de la gente y atraerla con la perspectiva de poseerte.
Además, mantén las distancias con las peleas triviales. Finge estar interesado, pero deja que los demás se peleen mientras tú te sientas a observar. Es una estrategia común iniciar una disputa entre dos grupos y luego adquirir influencia sirviendo de intermediario.
Idea clave #6 Es mejor hablar menos de lo necesario
Evita impresionar a los demás con palabras. Cuanto más hables, más familiar parecerás y menos controlarás. Aunque digas algo aburrido, hazlo de forma vaga, abierta y como una esfinge.
Al hablar menos, los individuos poderosos impresionan y aterrorizan a los demás. Cuanto más hablan, más susceptibles son de cometer un error.
- A la gente le irrita el silencio y se lanzará a llenarlo con ansiedad.
- Decir menos te ayuda a parecer más sofisticado y misterioso en general.
- Evite el sarcasmo a toda costa; rara vez es útil.
- Si te mantienes en silencio, corres el riesgo de levantar sospechas o malestar. Hacer de bufón puede ayudarte a pasar desapercibido en ocasiones.
Idea clave #7 Asociarse con personas tristes y desafortunadas es una de las formas más sencillas de destruirse a uno mismo
Puede parecer duro, pero es la verdad. Estas personas no suelen ser víctimas del azar, como quieren hacer creer. Por el contrario, buscan activamente (y a menudo sutilmente) atraer el desastre hacia ellos mismos y hacia los demás.
Recuerda que, aunque alguien no quiera arrastrar a los demás al fango, sus emociones, mentalidades y creencias son contagiosas. Cuanto más te expongas a esas personas, más probable será que te conviertas en un daño colateral.
No intentes ayudarles, darles explicaciones o pelearte con ellos. Ni siquiera los hagas pasar por amigos si crees que estás relacionado con un "infector", como dice Greene. Corta inmediatamente tus conexiones y sal de allí. Todo lo que no sea eso te pone en grave peligro de quedar profundamente envuelto en sus problemas.
También hay un corolario aparente aquí. Pasa todo el tiempo posible con personas que te hagan feliz con su ingenio, sus logros y sus conocimientos. Deja que sus buenas características te "contagien" y te hagan sentir mejor.
Idea clave #8 Apela siempre al interés propio de las personas en lugar de a su piedad o aprecio
Pedir ayuda es un arte que requiere entender a la otra persona y no confundir tus exigencias con las suyas. Incluso la figura más prominente tiene deseos, y si no apelas a ellos, te descartará como patético o una pérdida de tiempo.
Cuando suplicas y clamas por ayuda, nadie te escucha. Simplemente se desinteresan por apoyarte debido a sus propios problemas e intereses.
Apela al interés propio de alguien si quieres algo de él. Piensa en lo que quieren de verdad. Conoce lo que les hará felices o satisfará sus aspiraciones. Si puedes proporcionárselo, harán todo lo que desees mientras la zanahoria esté colgada. Intentar evocar emociones de culpabilidad en ellos sacando a relucir el pasado es una estrategia que siempre será contraproducente.
Greene, por su parte, advierte que, en algunos casos, es preferible apelar al sentimiento de generosidad de alguien en lugar de a su codicia. Por lo tanto, hay que determinar el tipo de individuo con el que se está interactuando. No debes apelar a su avaricia si desean ser amables y les gusta ayudarte por el motivo que sea (orgullo o vanidad). Si no les importa parecer caritativos y simplemente se preocupan por sí mismos, debes jugar con su avaricia en lugar de con su generosidad.
Idea clave #9 Cuando intentes ser más astuto que tus oponentes, reúne toda la información que puedas
Para ser más astuto que tu adversario, tendrás que hacerte amigo suyo. Podrás conocer sus puntos débiles, sus aspiraciones y sus deseos, a la vez que afectas a sus decisiones.
Si bien el reclutamiento de informantes es un método de recopilación de información, es peligroso. ¿Cómo saber si se trata de un agente doble y si la información es fiable? Por ello, es preferible ser tu propio espía. Actuando de forma inesperada, puede obtener una ventaja sobre su rival. Les dejará desconcertados y a la zaga mientras intentan descifrar tu plan.
Idea clave #10 El aislamiento es perjudicial, así que no hay que crear fortalezas para protegerse
No te aventures solo en tus pensamientos; es una zona que da miedo.
Tanto si eres introvertido como si no, el aislamiento te hará crear una visión borrosa por ti mismo. Todos necesitamos los puntos de vista de otras personas, aunque sean erróneos. Otros puntos de vista te ayudarán a desarrollar tu propia visión.
ADVERTENCIA La presión para eliminar a los amigos y parientes de su vida es un intento de obtener una mayor influencia sobre usted.
Una comunidad de confianza puede mantener la cordura durante la rutina. También sirve como caja de resonancia útil.
Es inusual, si no imposible, que alguien que se esfuerza por hacer algo lo haga todo perfecto en el primer intento. Es inevitable que se produzcan errores. Pero tener confidentes puede ayudarte a salir de tus pensamientos y volver a la acción. Ser resistente es una virtud.
Revisión final, análisis y crítica de Las 48 leyes del poder
El libro de Robert Greene, "Las 48 leyes del poder", es una guía de autoayuda que se basa en metáforas y en la vida de líderes históricos. Nos enseña cómo obtener y mantener el poder.
Hay muchas formas en las que el poder desempeña un papel en la sociedad y en nuestras vidas. El autor destila tres siglos de historia para educarnos en este concepto.
Las ideas clave mencionadas anteriormente pueden resumirse en los siguientes puntos principales:
Para ejercer el poder, primero hay que crear confianza con las personas sobre las que se intenta influir.
La adaptabilidad y la sincronización son esenciales para conservar el poder.
Crear espectáculos y alimentar la creencia del público en lo imposible para establecer una relación con los poderosos.
Reflejar y dominar las opciones de acción de la oposición son sólo dos de las muchas maneras de ganar poder.
Para obtener una ventaja táctica, utiliza la honestidad selectiva, la distracción y un exceso de secretismo.
Para ganarte el respeto y disipar cualquier duda que pueda quedar sobre tus capacidades, cultiva la imagen de personas poderosas.
A nadie le gusta ser débil. Pero nuestros valores modernos de justicia y equidad hacen difícil aceptar a las personas que ansían el poder. Hay que entender que el poder no es ni bueno ni malo. La elección de cómo aplicar el poder depende de ti, pero sería ingenuo descartarlo como algo malo o insignificante.
Aquellos que pueden mentir, engañar y dominar a los demás sin que lo sepan pueden llegar al poder sin oposición. Esta es una lección que podemos extraer de los tribunales de élite del pasado.
Piensa en el juego del poder como un juego, dice Greene. El libro nos enseña a pensar profundamente en el poder para entendernos mejor a nosotros mismos, a nuestros amigos y al mundo.
Para ser un maestro del juego de poder, debes practicar lo siguiente:
- Aceptar las mascaradas y los engaños como un elemento normal del compromiso humano.
- Para detectar problemas, hay que examinar el pasado y el futuro.
- Aprende y practica nuevas habilidades, incluyendo el dominio de tus emociones.
- Ajuste su perspectiva
- No juzgues a las personas por sus objetivos declarados, sino por sus resultados reales. Muchas personas que dicen no querer el poder son ingenuas o manipuladoras.
Las 48 leyes del poder Capítulo por Capítulo Citas
Ley 1: Nunca sobrepasar al maestro
Haz que los que están por encima de ti se sientan cómodamente superiores. En tu deseo de agradarles o impresionarles, no vayas demasiado lejos en la exhibición de tus talentos. Si lo haces, podrías conseguir lo contrario: inspirar miedo e inseguridad. Haz que tus superiores parezcan más brillantes de lo que son, y alcanzarás las alturas del poder.
Ley 2: Nunca confíes demasiado en los amigos; aprende a utilizar a los enemigos
Desconfía de tus amigos. Los amigos suelen traicionarte más rápidamente, ya que la envidia los despierta con mayor facilidad. Los amigos también pueden volverse malcriados y tiranos. Por lo tanto, contrata a un antiguo enemigo Este antiguo enemigo será más leal que un amigo porque tiene más que demostrar. De hecho, tienes más que temer de los amigos que de los enemigos. Si no tienes enemigos, busca la manera de crearlos.
Ley 3: ocultar las intenciones
Mantén a la gente fuera de balance y en la oscuridad al no revelar nunca el propósito detrás de tus acciones. Si no tienen ni idea de lo que pretendes, no pueden preparar una defensa. Guíalos lo suficientemente lejos por el camino equivocado, envuélvelos en suficiente humo. Entonces, cuando se den cuenta de tus intenciones, será demasiado tarde.
Ley 4: Di siempre menos de lo necesario
Cuando intentas impresionar a la gente con palabras, debes limitarlas. Cuanto más digas, menos parecerás tener el control. Incluso si dices algo banal, parecerá original si lo haces de forma vaga y abierta. Las personas poderosas impresionan e intimidan diciendo menos. Cuanto más diga, más probable será que diga una tontería.
Ley 5: Mucho depende de la reputación: protéjala con su vida
La reputación es la piedra angular del poder. Sólo con la reputación puedes intimidar y ganar. A pesar de ello, una vez que resbalas eres vulnerable y te atacarán por todos lados. Haz que tu reputación sea inatacable. Mantente siempre alerta a los posibles ataques y frustra los mismos antes de que se produzcan. Mientras tanto, aprende a destruir a tus enemigos abriendo agujeros en sus propias reputaciones. Luego, apártate y deja que la opinión pública los ahorque.
Ley 6: Atención judicial a toda costa
Todo se juzga por su apariencia; lo que no se ve no cuenta. No te dejes perder entre la multitud o enterrarte en el olvido. Destaca. Llama la atención a toda costa. Conviértete en un imán de atención apareciendo más grande, más colorido y más misterioso.
Ley 7: Consiga que otros hagan el trabajo por usted, pero siempre tome el crédito
Utiliza la sabiduría, los conocimientos y el trabajo de campo de otras personas para promover tu propia causa. Esta ayuda no sólo te ahorrará un tiempo y una energía valiosos, sino que te dará un aura de eficacia y rapidez divina. Al final, tus ayudantes serán olvidados y tú serás recordado. Nunca hagas tú mismo lo que otros pueden hacer por ti.
Ley 8: Haz que los demás vengan a ti - Utiliza un cebo si es necesario
Cuando obligas a la otra persona a actuar, eres tú quien tiene el control. Siempre es mejor hacer que tu oponente venga a ti, abandonando sus propios planes en el proceso. Atraerlo con ganancias notables, y luego atacar. Tú tienes las cartas.
Ley 9: Gana con tus acciones, nunca con argumentos
Cualquier triunfo momentáneo que creas que se obtiene con una discusión no vale la pena. El resentimiento y la mala voluntad que despiertas son más fuertes y duran más que cualquier cambio de opinión momentáneo. Es mucho más poderoso conseguir que los demás estén de acuerdo contigo a través de tus acciones sin decir una palabra. Demuestra, no expliques.
Ley 10: Infección: Evita a los infelices y a los desafortunados
Puedes morir por la miseria de otra persona: los estados emocionales son tan infecciosos como las enfermedades. Puede que sientas que estás ayudando al hombre que se ahoga, pero sólo estás precipitando tu propio desastre. Los desafortunados a veces atraen la desgracia sobre sí mismos; también la atraerán sobre ti; en su lugar, asóciate con los felices y afortunados.
Ley 11: Aprenda a mantener a la gente dependiente de usted
Para mantener tu independencia, debes ser siempre necesario y deseado. Cuanto más se dependa de ti, más libertad tendrás. Haz que la gente dependa de ti para su felicidad y prosperidad, y no tendrás nada que temer. Nunca les enseñes lo suficiente como para que puedan prescindir de ti.
Ley 12: Utiliza la honestidad selectiva y la generosidad para desarmar a tu víctima
Un movimiento sincero y honesto cubrirá docenas de movimientos deshonestos. Los gestos de honestidad y generosidad de corazón abierto hacen bajar la guardia incluso a las personas más desconfiadas. Una vez que tu honestidad selectiva abre un agujero en su armadura, puedes engañarlos y manipularlos a voluntad. Un regalo oportuno -un caballo de Troya- servirá para el mismo propósito.
Ley 13: Cuando pidas ayuda, apela al interés propio de la gente, nunca a su misericordia o gratitud
Si tienes que pedir ayuda a un aliado, no te molestes en recordarle tu ayuda y tus buenas acciones en el pasado. Encontrarán la manera de ignorarte. En su lugar, descubre algo en tu petición, o en tu alianza, que les beneficie. Haz hincapié en ello de forma desproporcionada. Responderán con entusiasmo cuando vean que hay algo que ganar para ellos.
Ley 14: Hazte pasar por amigo, trabaja como espía
Conocer a tu rival es fundamental. Utiliza a los espías para recopilar información valiosa que te mantenga un paso por delante. Mejor aún: haz de espía tú mismo. En los encuentros sociales de cortesía, aprende a indagar. Haga preguntas indirectas para conseguir que la gente revele sus debilidades e intenciones. No hay ocasión que no sea una oportunidad para el espionaje astuto.
Ley 15: Aplastar totalmente al enemigo
Todos los grandes líderes desde Moisés han sabido que un enemigo temido debe ser aplastado por completo. Si se deja una brasa encendida, por muy tenue que sea su combustión, acabará estallando un incendio. Se pierde más deteniéndose a mitad de camino que con la aniquilación total: El enemigo se recuperará y buscará venganza. Aplástalo, no sólo en cuerpo sino en espíritu.
Ley 16: Utilizar la ausencia para aumentar el respeto y el honor
Demasiada circulación hace que el precio baje: Cuanto más te vean y te escuchen, más común parecerás. Si ya estás establecido en un grupo, la retirada temporal del mismo hará que se hable más de ti y se te admire más. Hay que aprender cuándo hay que marcharse. Crea valor a través de la escasez.
Ley 17: Mantener a los demás en el terror suspendido: Cultivar un aire de imprevisibilidad
Los humanos son criaturas de costumbres con una necesidad insaciable de ver familiaridad en las acciones de los demás. Su previsibilidad les da una sensación de control. Dale la vuelta a la tortilla: Sé deliberadamente imprevisible. Un comportamiento que parece no tener consistencia ni propósito los mantendrá desequilibrados, y se agotarán tratando de explicar tus movimientos. Llevada al extremo, esta estrategia puede intimidar y aterrorizar.
Ley 18: No construyas fortalezas para protegerte - El aislamiento es peligroso
El mundo es peligroso y los enemigos están por todas partes: todos deben protegerse. Una fortaleza parece lo más seguro. Sin embargo, el aislamiento te expone a más peligros de los que te protege. Las fortalezas te apartan de información valiosa, te hacen llamar la atención y son un blanco fácil. Es mejor circular entre la gente, encontrar aliados y mezclarse. La multitud te protege de tus enemigos.
Ley 19: Conozca con quién está tratando - No ofenda a la persona equivocada
"Nunca asumas que la persona con la que tratas es más débil o menos importante que tú. Algunas personas tardan en ofenderse, lo que puede hacer que juzgues mal el grosor de su piel y no te preocupes por insultarlas. Pero si ofendes su honor y su orgullo, te abrumarán con una violencia que parece repentina y extrema dada su lentitud para enfadarse. Si quieres rechazar a la gente, es mejor que lo hagas con educación y respeto, aunque te parezca que su petición es impúdica o su oferta ridícula". - Robert Greene
Hay muchos tipos de personas en el mundo, y nunca puedes dar por sentado que todo el mundo reaccionará a tus estrategias de la misma manera. Si engañas o superas a algunas personas, se pasarán el resto de su vida buscando venganza. Son lobos con piel de cordero. Elige cuidadosamente a tus víctimas y oponentes: nunca ofendas o engañes a la persona equivocada.
Ley 20: No te comprometas con nadie
El tonto es el que siempre se apresura a tomar partido. No te comprometas con ningún bando o causa más que contigo mismo. Al mantener tu independencia, te conviertes en el dueño de los demás. Enfrenta a los demás y haz que te persigan.
Ley 21: Hazte el remolón para atrapar al remolón - Parece más tonto que tu marca
A nadie le gusta sentirse menos inteligente que la otra persona. El truco, entonces, es hacer que tus víctimas se sientan inteligentes, y no sólo inteligentes, sino más inteligentes que tú. Una vez convencidos de ello, nunca sospecharán que usted puede tener motivos ocultos.
Ley 22: Utilizar la táctica de la rendición: transformar la debilidad en poder
Cuando seas más débil, nunca luches por el honor; elige la rendición en su lugar. La rendición te da tiempo para recuperarte, tiempo para atormentar e irritar a tu conquistador, y tiempo para esperar a que su poder disminuya. No le des la satisfacción de luchar y derrotarte: ríndete primero. Al poner la otra mejilla, le enfureces y le desquicias. Haz de la rendición una herramienta de poder.
Ley 23: Concentra tus fuerzas
Conserva tus fuerzas y energías manteniéndolas concentradas en su punto más fuerte. Se gana más encontrando una mina rica y explotándola en profundidad que revoloteando de una mina superficial a otra. La intensidad vence siempre a la extensión. Cuando busques fuentes de energía que te eleven, encuentra al patrón clave. Encuentra la vaca gorda que te dará leche durante mucho tiempo.
Ley 24: Hazte el perfecto cortesano
El cortesano perfecto prospera en un mundo en el que todo gira en torno al poder y la destreza política. Domina el arte de la indirecta. Adula, cede a los superiores y hace valer su poder sobre los demás de la manera más oblicua y elegante. Aprende y aplica las leyes de la cortesía, y no habrá límite para llegar a la corte.
Ley 25: Recréate
No aceptes los papeles que te impone la sociedad. Recréate forjando una nueva identidad, una que llame la atención y que nunca aburra al público. Sé el dueño de tu propia imagen en lugar de dejar que otros la definan por ti. Incorpora recursos dramáticos a tus gestos y acciones en público: tu poder se verá reforzado y tu personaje parecerá más grande que la vida.
Ley 26: Mantener las manos limpias
Debes parecer un dechado de civismo y eficiencia. Tus manos nunca deben ensuciarse con errores y actos desagradables. Mantén esta apariencia intachable utilizando a los demás como chivos expiatorios y patas de gato para disimular tu participación.
Ley 27: Jugar con la necesidad de la gente de crear un culto
La gente tiene un deseo abrumador de creer en algo. Conviértase en el centro de ese deseo ofreciéndoles una causa y una nueva fe que seguir. Mantenga sus palabras vagas pero llenas de promesas. Haz hincapié en el entusiasmo por encima de la racionalidad y el pensamiento claro. Da a tus nuevos discípulos rituales para realizar y pídeles que hagan sacrificios en tu nombre. Tu nuevo sistema de creencias te aportará un poder incalculable en ausencia de una religión organizada y de grandes causas.
Ley 28: Entrar en acción con audacia
"Si no estás seguro de un curso de acción, no lo intentes. Tus dudas y vacilaciones infectarán tu ejecución. La timidez es peligrosa: mejor entrar con audacia. Cualquier error que cometas por la audacia se corrige fácilmente con más audacia. Todo el mundo admira a los audaces; nadie honra a los tímidos". - Robert Greene
Si no estás seguro de una acción, no la intentes. Tus dudas y vacilaciones infectarán tu ejecución. La timidez es peligrosa. Es mejor entrar con audacia. Cualquier error que cometas por la audacia se corrige fácilmente con más audacia. Todo el mundo admira a los audaces; nadie honra a los tímidos.
Ley 29: Planificar hasta el final
El final lo es todo. Planifica todo el camino hasta él, teniendo en cuenta todas las posibles consecuencias, obstáculos y giros de la fortuna. Al planificar hasta el final, no te verás abrumado por las circunstancias y sabrás cuándo parar. Guía suavemente a la fortuna y ayuda a determinar el futuro pensando con mucha antelación.
Ley 30: Haz que tus logros parezcan sin esfuerzo
"Cuando te muestras al mundo y exhibes tus talentos, naturalmente despiertas todo tipo de resentimientos, envidias y otras manifestaciones de inseguridad... no puedes pasar tu vida preocupándote por los sentimientos mezquinos de los demás" - Robert Greene
Tus acciones deben parecer naturales y ejecutadas con facilidad. Todo el trabajo y la práctica que se dedican a ellas, y todos los trucos ingeniosos, deben quedar ocultos. Cuando actúes, hazlo sin esfuerzo. Actúa como si pudieras hacer mucho más. Evita la tentación de revelar lo mucho que trabajas, ya que eso sólo suscita preguntas. No enseñes a nadie tus trucos, o los utilizarán en tu contra.
Ley 31: Controla las opciones: Consiga que los demás jueguen con las cartas que usted reparte
Los mejores engaños son los que parecen dar a la otra persona una opción. Tus víctimas sienten que tienen el control, pero en realidad son tus marionetas. Dale a la gente opciones que salgan a tu favor, sea cual sea la que elijan. Oblígales a elegir entre el menor de los males, ambos sirven a tu propósito.
Ley 32: Jugar con las fantasías de la gente
A menudo se evita la verdad porque es fea y desagradable. Nunca apeles a la verdad y a la realidad si no estás preparado para la ira que produce el desencanto. La vida es tan dura y angustiosa que las personas que saben fabricar romances son como oasis en el desierto: Todo el mundo acude a ellas. Hay un poder tremendo en aprovechar las fantasías de las masas.
Ley 33: Descubra el tornillo del pulgar de cada hombre
Todo el mundo tiene una debilidad. Greene lo llama una brecha en el muro del castillo. Esa debilidad suele ser una inseguridad o una emoción o necesidad incontrolable. Además, también puede ser un pequeño placer secreto. En cualquier caso, una vez encontrada, es una llave inglesa que puedes convertir en tu ventaja.
Ley 34: Sé real a tu manera: Actúa como un rey para que te traten como tal
La forma de comportarse determinará a menudo el trato que reciba. A la larga, parecer vulgar o vulgar hará que la gente te falte al respeto. Un rey se respeta a sí mismo e inspira el mismo sentimiento en los demás. Actuando de forma regia y confiando en tus poderes, haces que parezcas destinado a llevar una corona.
Ley 35: Dominar el arte del tiempo
Nunca parezca tener prisa: las prisas delatan un control insuficiente sobre sí mismo y sobre el tiempo. Parece siempre paciente, como si supiera que todo acabará por llegar. Conviértete en un detective del momento. Olfatea el espíritu de la época y las tendencias que te llevarán al poder. Aprende a mantenerte al margen cuando el momento aún no está maduro y a atacar ferozmente cuando haya llegado a buen puerto.
Ley 36: Desprecia las cosas que no puedes tener: Ignorarlas es la mejor venganza
Al reconocer un problema insignificante, le das existencia y credibilidad. Cuanta más atención prestes a un enemigo, más fuerte lo harás. Un error menor suele empeorar y hacerse más visible cuando intentas arreglarlo. A veces es mejor dejar las cosas como están. Si hay algo que quieres pero no puedes tener, muestra desprecio por ello. Cuanto menos interés reveles, más superior parecerás.
Ley 37: Crear espectáculos convincentes
Las imágenes impactantes y los grandes gestos simbólicos crean un aura de poder: todo el mundo responde a ellos. Es un espectáculo para los que te rodean, lleno de imágenes impactantes y símbolos radiantes que realzan tu presencia. Deslumbrado por las apariencias, nadie se dará cuenta de lo que realmente estás haciendo.
Ley 38: Piensa como quieras pero compórtate como los demás
Haz gala de ir en contra de los tiempos. Haz alarde de tus ideas poco convencionales y de tus formas poco ortodoxas. La gente pensará que sólo quieres llamar la atención y que les miras por encima del hombro. Encontrarán la forma de castigarte por hacerles sentir inferiores. Es mucho más seguro mezclarse y alimentar el toque común. Comparta su originalidad sólo con amigos tolerantes y con aquellos que seguramente apreciarán su singularidad.
Ley 39: Remover las aguas para pescar
La ira y la emoción son estratégicamente contraproducentes. Hay que mantener siempre la calma y la objetividad. Sin embargo, si puedes hacer que tus enemigos se enfaden al mismo tiempo que mantienes la calma, ganas una clara ventaja. Desestabiliza a tus enemigos: Encuentra la grieta en su vanidad a través de la cual puedes ponerlos en peligro, y sujeta los hilos.
Ley 40: Despreciar el almuerzo gratis
Lo que se ofrece gratis es peligroso: suele implicar un truco o una obligación oculta. Lo que vale la pena, vale la pena pagarlo. Si pagas por tu cuenta, te mantienes alejado de la gratitud, la culpa y el engaño. También suele ser prudente pagar el precio íntegro: no hay que recortar gastos con la excelencia. Sé pródigo con tu dinero y mantenlo en circulación, porque la generosidad es una señal y un imán para el poder.
Ley 41: Evite ponerse en los zapatos de un gran hombre
Lo que ocurre primero siempre parece más original que lo que viene después. Si sucedes a un gran hombre o tienes un padre famoso, tendrás que conseguir el doble de sus logros para eclipsarlos. No te pierdas a su sombra ni te quedes anclado en un pasado que no es el tuyo. Establece tu propio nombre e identidad cambiando de rumbo. Acaba con el padre prepotente, desacredita su legado y gana poder brillando a tu manera.
Ley 42: Golpea al pastor y las ovejas se dispersarán
Los problemas suelen tener su origen en un solo individuo fuerte: el agitador, el subordinado arrogante, el envenenado de buena voluntad. Si permites que esas personas actúen, otros sucumbirán a su influencia. No esperes a que los problemas se multipliquen. No intentes negociar con ellos: son irredimibles. Neutraliza su influencia aislándolos o desterrándolos. Ataca la fuente de los problemas y las ovejas se dispersarán.
Ley 43: Trabajar en los corazones y las mentes de los demás
La coacción crea una reacción que acabará volviéndose contra ti. Debes seducir a los demás para que quieran avanzar en tu dirección. Una persona a la que has seducido se convierte en tu fiel peón. La forma de seducir a los demás es operar sobre sus psicologías y debilidades individuales. Ablandar a los resistentes trabajando sobre sus emociones. Juega con lo que aprecian y lo que temen. Ignora los corazones y las mentes de los demás, y llegarán a odiarte.
Ley 44: Desarmar y enfurecer con el efecto espejo
El espejo refleja la realidad, pero también es la herramienta perfecta para el engaño. Cuando reflejas a tus enemigos, haciendo exactamente lo mismo que ellos, no pueden descubrir tu estrategia. El efecto espejo se burla de ellos y los humilla, haciéndoles reaccionar de forma exagerada. Al mostrar un espejo de su psique, les seduces con la ilusión de que compartes sus valores. Al mostrar un espejo de sus acciones, les das una lección. Pocos pueden resistir el poder del efecto espejo.
Ley 45: Predicar la necesidad del cambio, pero no reformar demasiado a la vez
Todo el mundo entiende la necesidad de cambio en abstracto, pero la gente es un animal de costumbres en el día a día. Demasiada innovación es traumática y provocará revueltas. Si eres nuevo en una posición de poder, haz gala de respetar la antigua forma de hacer las cosas. Si el cambio es necesario, hazlo sentir como una suave mejora del pasado.
Ley 46: Nunca parecer demasiado perfecto
Aparentar ser mejor que los demás es siempre peligroso, pero lo más peligroso de todo es aparentar no tener defectos ni debilidades. La envidia crea enemigos silenciosos. Es inteligente mostrar de vez en cuando defectos, y admitir vicios inofensivos, para desviar la envidia y parecer más humano y accesible. Sólo los dioses y los muertos pueden parecer perfectos impunemente.
Ley 47: No pases de la marca que te propusiste; en la victoria, aprende cuándo parar
El momento de la victoria es a menudo el momento de mayor peligro. En el fragor de la victoria, la arrogancia y el exceso de confianza pueden llevarte más allá de la meta que te habías propuesto. Al ir demasiado lejos, produces más enemigos de los que derrotas. No permitas que el éxito se te suba a la cabeza. No hay sustituto para la estrategia y la planificación cuidadosa. Fija un objetivo, y cuando lo alcances, detente.
Ley 48: Asumir la falta de forma
Al adoptar una forma y tener un plan visible, te abres al ataque. En lugar de adoptar una forma para que tu enemigo la agarre, mantente adaptable y en movimiento. Acepta el hecho de que nada es seguro y ninguna ley es fija. La mejor manera de protegerse es ser tan fluido y sin forma como el agua. Nunca apuestes por la estabilidad o el orden duradero: todo cambia.
Resumen final de Las 48 leyes del poder
Las 48 leyes del poder es la guía definitiva para ayudar a los lectores a conseguir por sí mismos lo que la reina Isabel I, Henry Kissinger, Luis XIV y Maquiavelo aprendieron por las malas. Basándose en la historia del poder, Robert Greene ofrece una guía de cómo se puede liderar y utilizar el poder con eficacia. Si sigue estas 48 leyes, podrá aprovechar los conocimientos que los poderosos del pasado aprendieron de primera mano a través de sus errores personales.
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Presentación de las 48 leyes del poder
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Buen artículo
Gracias por tu comentario, Moisés.
Buen trabajo
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