Resumen de The Shallows
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Análisis y resumen de The Shallows de Nicholas Carr

La vida es muy ajetreada. ¿Ha estado The Shallows acumulando polvo en su estantería? En lugar de eso, recoja las ideas clave ahora.

Estamos arañando la superficie. Si aún no tiene el libro, pídalo o consiga el audiolibro gratis para conocer los detalles más jugosos.


En 2008, el artículo de Nicholas Carr en Atlantic Monthly ha sacado a la luz una sensación que mucha gente ha empezado a expresar: ¿han actuado nuestros cerebros de forma diferente como resultado del tiempo que hemos pasado en Internet? Carr sostiene que nuestros pensamientos, procesos mentales e incluso cerebros físicos están siendo reestructurados.

El artículo tocó una fibra sensible, y continuó escribiendo Los bajos fondosque exploró este fenómeno con el detalle que merece y se convirtió en un bestseller del New York Times y finalista del Pulitzer. Se refiere al libro sobre el medio ambiente de Rachel Carson que alertó por primera vez al mundo de los peligros de los pesticidas, lo que provocó una agitación social y la creación de la agencia de protección del medio ambiente de Estados Unidos, Pizarra calificó el libro de "Primavera silenciosa" para la mente.

Las ideas que comparte Carr no sólo son sorprendentes, sino que son esenciales para entender cómo están cambiando nuestros cerebros y la condición humana. Sin embargo, a pesar del provocativo título, la conclusión de Carr no es que Internet sea un monstruo maligno que está corrompiendo nuestras mentes. En su lugar, simplemente aporta algo de claridad sobre los sacrificios que hacemos al usar Internet como lo hacemos y aboga por que consideremos esas pérdidas junto con los beneficios que Internet proporciona.

Prólogo

En su libro de 1964 Comprender los medios de comunicación: Las extensiones del hombreMarshall McLuhan profetizó que la sociedad sufriría una pérdida de capacidad de "pensamiento lineal" debido a los medios de comunicación eléctricos (radio, teléfono y televisión) que proliferaban en aquella época. Lo que no previó fue la llegada de Internet, que amplió exponencialmente el efecto que predijo.

Hoy en día, cuando criticamos Internet, nos apresuramos a lamentar su contenido: la naturaleza frívola e inane de las redes sociales, los foros online y otras fuentes. Felices de felicitarnos por haber superado la escoria del contenido online, pasamos por alto el mayor peligro: el impacto que el uso de las herramientas electrónicas -la actividad en sí- está teniendo en nuestras mentes.

Capítulo 1: Hal y yo

En la película 2001: Una odisea del espacioEn la película, el superordenador HAL intenta matar a los astronautas humanos con los que ha estado trabajando. En respuesta, un astronauta comienza a desconectar a HAL, lo que hace que el ordenador se lamente: "¡Mi mente se va!".

Es posible que haya experimentado una sensación similar: que algo en su mente se está desconectando o recableando, lo que provoca la desaparición gradual y casi imperceptible de alguna parte desconocida de sus facultades mentales a medida que pasa más tiempo en línea.

La disminución de la concentración sostenida como resultado del uso de Internet se ha convertido en una conversación habitual, especialmente en el propio mundo electrónico. Una rápida búsqueda en Google revela numerosas discusiones sobre cómo el hojeo y el desplazamiento frecuentes nos han dejado incapaces de mantener la concentración en libros, artículos o incluso en entradas de blog más largas. El bloguero Scott Karp especula sobre cómo su mente se ha amoldado a Internet, remodelándose para su uso en la red:

"¿Y si toda mi lectura en la web no se debe tanto a que haya cambiado mi forma de leer, es decir, que sólo busco la comodidad, sino a que ha cambiado mi forma de PENSAR? ¿Y si la naturaleza de la red de contenidos en la web ha cambiado no sólo mi forma de consumir información, sino también de procesarla?

¿Y si ya no tengo paciencia para leer un libro porque es demasiado.... lineal?"

Una empresa de software realizó un estudio en el que se siguió el movimiento ocular de 6.000 niños que habían crecido con Internet, y descubrió que habían abandonado la metodología de lectura tradicional. En lugar de leer sistemáticamente de izquierda a derecha y de arriba a abajo, escaneaban la página en busca de información pertinente.

Este puede ser el método óptimo para buscar información relevante en Internet, pero leer un libro de 200 páginas requiere un pensamiento lineal sostenido y concentrado. El pensamiento lineal ha sido la principal metodología mental de la humanidad desde la imprenta de Guttenberg, lo que significa que ha impulsado todos los desarrollos sociales desde el Renacimiento hasta la Revolución Industrial. Las implicaciones de abandonar los cimientos de la propia forma de pensar de la humanidad son profundas.

Capítulo 2: Las vías vitales

Incluso antes de que apareciera Internet, ha habido ejemplos de metodología que moldean la mente. Debido a sus complicaciones de salud, el escritor Frederich Nietzsche sufría fuertes dolores de cabeza y náuseas al intentar concentrarse en sus escritos durante largos periodos de tiempo. Para hacer frente a ello, sustituyó la pluma y el papel por una máquina de escribir. La máquina de escribir alivió la tensión y le permitió volver a escribir, pero el teclado cambió su estilo de escritura. Sus escritos se volvieron más apretados y "telegráficos".

A pesar de estos ejemplos, durante mucho tiempo muchos científicos asumieron que el desarrollo del cerebro humano terminaba después de la adolescencia. De hecho, las enfermedades mentales se consideraron intratables hasta los inicios de la era digital en la década de 1960, cuando empezamos a abandonar la suposición de que el cerebro es intratable.

Uno de los primeros defensores de la plasticidad cerebral fue Michael Merzenich, que trazó un mapa de las funciones cerebrales conectando electrodos al cerebro de monos y observando qué electrodos se disparaban cuando se estimulaban los distintos nervios corporales del mono. Después de observar qué parte del cerebro era responsable de interpretar las sensaciones a través de un determinado dedo, cortó el nervio sensorial del dedo. En respuesta, el cerebro del mono se reestructuró físicamente para restablecer el sentido, aunque el nervio no podía curarse por sí mismo.

Merzenich siguió confirmando sus hallazgos para todos los circuitos neuronales, demostrando que la plasticidad del cerebro afecta a algo más que a los sentidos. Los circuitos responsables de la percepción, el pensamiento, los sentimientos y el aprendizaje también eran capaces de reestructurarse para realizar cambios cognitivos a largo plazo.

En la década de 1970, Eric Kandel utilizó una babosa de mar para demostrar que la plasticidad también funciona a la inversa. Descubrió que si se tocaba la branquia de la babosa, ésta se retraía. A medida que este estímulo continuaba, las babosas aprendían a ignorarlo, demostrando un debilitamiento de las conexiones sinápticas sensoriales que respondían al tacto. Originalmente, 90% de estas neuronas sensoriales se conectaban a las neuronas motoras. Después de 40 toques, sólo 10% de las neuronas sensoriales mantenían la conexión.

La capacidad del cerebro para reestructurarse es igualmente evidente en los seres humanos. Por ejemplo, cuando una persona se queda ciega, su cerebro destina las antiguas secciones visuales a procesos auditivos y otra información sensorial. Los fisioterapeutas también han entrenado a víctimas de derrames cerebrales con neuronas dañadas para que utilicen otras neuronas para la misma función, rehabilitando así habilidades motoras que antes se perdían.

La neuroplasticidad es un componente importante de la capacidad de curación del cuerpo, pero también es valiosa para la adaptación en un entorno cambiante. Cuando los monos reciben herramientas sencillas como alicates y rastrillos, sus cerebros muestran expansiones cerebrales visuales y motoras, definiendo circuitos para entender cómo utilizar la herramienta. El cerebro empieza a ver la herramienta como una extensión de la mano.

(Nota al margen: posiblemente el ejemplo más asombroso de esta capacidad sea el holandés Wim Hof, que se ha entrenado para controlar su temperatura corporal interna manipulando la oxigenación de su sangre para controlar el pH, una hazaña que los científicos consideraban imposible. Entre otras cosas, Wim ha escalado el monte Everest más allá de la "zona de la muerte" vistiendo sólo pantalones cortos, y ha corrido un maratón completo en el desierto de Namibia sin un sorbo de agua. Ha enseñado a otros a hacer lo mismo, y sostiene que su logro no es diferente del de un bebé que aprende a caminar. Al igual que el bebé, simplemente enseñó a su cerebro a establecer una nueva conexión).

Capítulo 3: Herramientas de la mente

Solemos suponer que lo que elegimos hacer es una elección personal, pero en realidad, a menudo son las herramientas que utilizamos las que dirigen nuestros pensamientos y nuestro comportamiento. Pensemos, por ejemplo, en el reloj. La vida sin relojes es difícil de imaginar, pero durante miles de años, la mayoría de las sociedades no necesitaban utilizar la hora exacta del día para dirigir sus actividades. La estandarización de la hora sólo empezó a extenderse después de un decreto para que los monjes rezaran a horas específicas cada día.

Cuando la sociedad pasó del campo a las fábricas, la preeminencia del reloj en la sociedad se puso de manifiesto en las enormes torres de relojería y en su ubicuidad en forma de relojes personales. Los relojes determinaban el comienzo y el final del trabajo, las pausas para comer y el mercado. Trabajar, jugar y comprar se convirtió en una función del tiempo. Las mentes de la humanidad habían sido reconfiguradas para girar en torno a un tiempo medible con precisión.

Todas las creaciones tecnológicas encajan en cuatro categorías de propósitos:

  1. Fuerza física, destreza o resistencia (arado, avión de combate)
  2. La sensibilidad de los sentidos (microscopio, contador Geiger)
  3. Acomodación de la naturaleza (control de la natalidad, embalse)
  4. Apoyo cognitivo (mapa, reloj, libro)

Las herramientas que entran en la categoría de apoyo cognitivo son las que más pueden cambiar nuestro cerebro, ya que están diseñadas específicamente para apoyar un proceso mental concreto. Mientras que un arado o un microscopio simplemente hacen que un proceso sea más eficiente, el uso generalizado de los mapas nos obligó a ampliar nuestro lenguaje para describir esta nueva metodología cognitiva.

Cuando los mapas cobraron importancia, surgió el término "mapear" para describir el proceso de simplificación de ideas abstractas como las esferas sociales, los periodos de vida y las ubicaciones geográficas. Un término de dos palabras describía nuestra nueva tendencia a reducir cuestiones complejas a formas geométricas. Del mismo modo, los relojes trajeron términos como "como un reloj" para expresar la perfección de las máquinas y nuestra adhesión a la precisión.

Un mundo sin relojes es difícil de imaginar porque están muy arraigados en nuestra vida cotidiana. Imagínese que el lenguaje escrito, una tecnología aún más primitiva, no hubiera entrado en funcionamiento hace diez mil años. Cuando los griegos formaron uno de los primeros alfabetos en el año 750 a.C., el acceso a la palabra escrita se hizo mucho más accesible para la población en general.

A medida que la nueva tecnología fue sustituyendo a la tradición oral, la controversia se hizo presente. De hecho, Platón escribió sobre la preocupación de su maestro Sócrates por la forma en que la escritura paralizaba la capacidad de memorizar. Sócrates temía que los estudiantes fueran engañados con la idea de que estaban adquiriendo conocimientos a través de la palabra escrita, cuando en realidad sólo estaban obteniendo datos. El resultado final, argumentaba, era que el conocimiento quedaría relegado a la página impresa, en lugar de ser interiorizado y tener la oportunidad de construir nuestro carácter y formar nuestra visión del mundo. La escritura tuvo un impacto en la memoria humana colectiva, pero sin ella, la ciencia, la historia, la filosofía, la comprensión del arte y la uniformidad del lenguaje no estarían tan bien desarrolladas como lo están ahora.

Lo que ganamos con la escritura es seguramente valioso, pero Platón, al menos, consideraba que valía la pena considerar lo que perdíamos. Quizá la más reciente iteración de la tecnología de la comunicación, a pesar de sus ventajas, merezca la misma consideración.

Capítulo 4: La página de profundización

El sistema de escritura altamente desarrollado que usted utiliza actualmente se perfeccionó a lo largo de un período tremendamente largo de la historia de la humanidad. Los toscos bocetos en la tierra y en las rocas se hicieron más complejos en forma de rollos de papiro egipcios, que a su vez evolucionaron hacia pasajes más largos de obras escritas dentro de los libros primitivos. Con la imprenta de Guttenberg en 1445, la producción en masa de libros puso la tecnología a disposición del mundo.

La lectura no sólo ha favorecido el progreso de la sociedad, sino que también ha reconfigurado los cerebros a gran escala. Para leer, nuestro córtex visual debe dar sentido a la forma visual de las letras. A medida que los niños aprenden a leer, su cerebro es capaz de procesar la información con un esfuerzo mental cada vez menor. A medida que desarrollamos el dominio de la palabra escrita, empezamos a ser capaces de "perdernos" en el texto escrito, una ventaja que solemos olvidar.

La lectura profunda tuvo tres impactos sociales:

  1. Pensamiento profundo. Antes de la lectura profunda, los seres humanos tenían poca necesidad de este tipo de pensamiento sistemático y lineal. A medida que nuestros cerebros se reconfiguraron, el estado meditativo que se encuentra en las páginas de texto no ralentizó nuestro pensamiento, sino que lo lanzó a la hipervelocidad.
  2. Claridad escrita. El interés por la lectura incentivó la escritura, lo que se tradujo en autores más aventureros que escribían textos poco convencionales y escépticos, en gran medida libres de redundancias. Las ideas comenzaron a expresarse con mayor claridad, elegancia y originalidad.
  3. Aprendizaje privado. Antes de que la lectura se convirtiera en algo habitual, los libros se solían leer en voz alta para que el lector pudiera captar mejor los conceptos. Después de los libros, el conocimiento y el aprendizaje se volvieron silenciosos y privados, y el aprendizaje se basó más en los intereses del individuo que del grupo más amplio.

Si las nuevas tecnologías consiguen apartar los beneficios de los libros, la humanidad podría volverse menos contemplativa, reflexiva e imaginativa, aunque este cambio será probablemente una transición lenta, ya que ningún medio, y mucho menos nuestra principal fuente de información de los últimos cientos de años, es fácilmente reemplazable.

Capítulo 5: Un medio de la naturaleza más general

Aunque parezca imposible haber predicho Internet antes de su creación, Alan Turing, el hombre que descifró el código de comunicaciones nazi en la Segunda Guerra Mundial, lo hizo en la década de 1940 cuando imaginó una máquina que podía completar la función de todas las demás. Internet se ha convertido ahora en esa máquina: una máquina de escribir, un reloj, una imprenta, un mapa, una calculadora, un teléfono, una oficina de correos, una biblioteca, una radio, una televisión y mucho más.

Al tener tantos usos, acabamos pasando mucho tiempo interactuando con ella. Una encuesta internacional realizada en 2008 a 27.500 adultos demostró que alrededor de 30% del tiempo de ocio se dedica a la web. En 2009, la Universidad de Ball State determinó que el estadounidense medio pasa más de 8,5 horas al día mirando una pantalla (televisión, película, ordenador, teléfono móvil). Esta preocupante métrica ha aumentado sin duda desde entonces.

Ha habido tres cambios notables en los medios de comunicación que han resultado de la expansión de Internet para llenar tantas funciones, y tanto tiempo en el día:

  1. Reducción de los medios de comunicación impresos. En primer lugar, los medios de comunicación impresos se han visto desplazados, como demuestra el declive financiero de la mayoría de las publicaciones impresas. Los Angeles Times, Chicago Tribune y Philadelphia Inquirer se han declarado en quiebra.
  2. Reformateo de medios. En segundo lugar, otras fuentes de comunicación, como libros, artículos y presentaciones, se están reestructurando para imitar a la web. Por ejemplo, cuando un sitio de noticias publica un artículo en línea, inyecta hipervínculos para promocionar otros artículos, widgets para aumentar la interactividad y anuncios para mantener sus esfuerzos.
  3. Impacto de los medios de comunicación externos. Por último, los medios de comunicación externos se ven afectados incluso cuando no se reformulan como contenido en línea. Las revistas han acortado sus artículos y han añadido secciones llamativas. Los programas de variedades de la televisión han aumentado su ritmo para meter más contenido en el mismo tiempo. Incluso las sinfónicas han empezado a tuitear en directo datos para su público durante cada espectáculo.

Todos estos cambios agravan la pérdida de concentración, ampliando la red -y por tanto el efecto de Internet en nuestro cerebro- mucho más allá de su alcance original.

Capítulo 6: La propia imagen de un libro

En cierto modo, Internet ha llegado incluso a los propios libros, en forma de lectores electrónicos. Algunos temen que este último refugio del pensamiento inmersivo y lineal también esté desapareciendo a medida que los libros electrónicos ganan en popularidad, trayendo consigo disponibilidad inmediata, enlaces que distraen y posiblemente un menor incentivo para la calidad.

No es la primera vez que se espera la obsolescencia de los libros impresos. En 1831, el periódico era un sustituto esperado; en 1889, el fonógrafo. Parafraseando a Mark Twain, los informes sobre la muerte de los libros impresos han sido exagerados. Sin embargo, está claro que la sociedad ha dejado atrás la página impresa en muchos aspectos.

Como resultado, el pensamiento lineal puede estar perdiendo su importancia relativa, lo que significa que podríamos centrarnos en el desarrollo de la habilidad que más importa: la capacidad de encontrar rápidamente el significado dentro de una serie de contextos.

Capítulo 7: El cerebro del malabarista

Internet se compone de distracciones. Aunque pensamos que estamos prestando toda nuestra atención a Internet, en realidad estamos saltando de una distracción a otra. La memoria humana limita nuestro consumo de esos estímulos.

La memoria puede dividirse en tres tipos:

  1. Memoria a corto plazo: Consiste en las impresiones inmediatas de nuestro entorno (algo huele bien, tengo calor).
  2. Memoria a largo plazo: Todas las cosas que hemos aprendido sobre nuestro mundo (las rosas huelen bien, el verano es cálido).
  3. Memoria de trabajo: El puente entre la memoria a corto y largo plazo.

Cuando utilizamos Internet, las limitaciones de nuestra memoria de trabajo nos impiden retener el contenido. Por eso:

Cuando leemos un libro, básicamente estamos abriendo un grifo y dejando que la información fluya. La memoria de trabajo es como un dedal. Al leer, llenamos el dedal con las gotas más importantes del grifo y las vertemos en la bañera de nuestra memoria a largo plazo. Sin embargo, Internet se parece más a varios grifos que funcionan al unísono. No sólo no obtenemos todo el contenido de un solo grifo, sino que estamos tan abrumados de información que casi toda ella se nos escapa.

Capítulo 8: La Iglesia de Google

Resulta especialmente preocupante el hecho de que la industria responsable de facilitar el acceso a la información tenga una necesidad fundamental de mantenernos saltando de un lado a otro en lugar de ejercer un pensamiento centrado y lineal.

Los motores de búsqueda como Google ganan dinero con la publicidad. Cuantas más veces haga alguien clic en un enlace, más dinero gana Google, lo que supone un incentivo para que sigamos haciendo clic en lugar de quedarnos en una sola página. No es que Google esté haciendo algo malicioso intencionadamente, pero es importante reconocer que todo el sistema de obtención de información está estructurado de tal manera que premia la lectura, no la consideración enfocada.

Capítulo 9: Búsqueda, memoria

Resulta que la ciencia moderna da crédito a la preocupación de Sócrates de que releguemos el conocimiento a la página impresa, abandonando el conocimiento interiorizado y su efecto en nuestro carácter y visión del mundo a cambio de un acceso más eficiente a los datos. El uso constante de Internet no sólo abruma la memoria de trabajo, sino que también contribuye a la devaluación de la memoria a largo plazo.

En la década de 1960, en la Universidad de Pensilvania, se inyectó a ratas un fármaco bloqueador de proteínas que impedía el crecimiento de los nervios sinápticos. Los investigadores descubrieron que las ratas eran incapaces de formar nuevos recuerdos a largo plazo, pero su capacidad para formar recuerdos a corto plazo no se veía afectada. Como resultado, concluyeron que, aunque los recuerdos a corto plazo no requieren necesariamente la formación física de nervios sinápticos, la memoria a largo plazo sí requiere cambios físicos en el cerebro, lo que da forma a la esencia de lo que somos.

Las herramientas más sencillas, como las calculadoras de bolsillo, alivian la memoria de trabajo al permitirnos retener la información de forma externa, facilitando así el paso de las ideas abstractas a la memoria a largo plazo. En lugar de amplificar este efecto, Internet lo invierte al sobrecargar la memoria de trabajo, dificultando la transferencia de la información a la memoria a largo plazo. Debido a Internet, el tipo de memoria que nos configura como individuos es más difícil de formar.

A medida que el cerebro selecciona la información que va a descartar o conservar en la memoria a largo plazo, su visión del mundo cambia. Elegir métodos de recopilación de información que no conduzcan a recuerdos a largo plazo debilitará físicamente esas conexiones sinápticas, eliminando perspectivas individuales potencialmente valiosas y disminuyendo nuestra cultura en su conjunto.

Capítulo 10: Una cosa como yo

Alan Turing propuso una prueba para determinar cuándo un ordenador se consideraría inteligente: realizar un experimento en el que un sujeto humano se comunicara primero con un programa informático y luego con una persona real. Si el sujeto es incapaz de distinguir entre ambos, el ordenador podría considerarse inteligente. El autor se refiere a un programa informático de 1964 que podía simular una conversación humana, pero las tecnologías más recientes, como Siri de Apple, ilustran aún mejor las líneas difusas. Siri es sólo un programa informático, pero nos encontramos atribuyéndole características humanas (¿a ella?) porque somos seres sociales.

A lo largo de la historia, la humanidad siempre ha moldeado su pensamiento para interactuar con las personas. Ahora, estamos adaptando nuestro pensamiento para interactuar con las máquinas. A medida que las líneas entre la interacción humana y la informática se van difuminando, nos damos cuenta de que nos estamos reconfigurando a imagen y semejanza de la tecnología, convirtiéndonos, por así decirlo, en más máquinas. Al igual que los primates reestructuran sus mentes para hacer de los alicates una extensión de sí mismos, nosotros creamos vías neuronales para utilizar mejor la web.

El uso de una herramienta que amplifica una habilidad humana disminuye nuestra capacidad de utilizar esa habilidad sin la herramienta. El acceso a más información a través de Internet no es una excepción a esta regla; tiene el precio de las habilidades de contemplación más profunda.

Epílogo: Elementos humanos

A menos que queramos tomar la drástica medida de desconectarnos de Internet, estos efectos son inevitables. Nuestros cerebros han sido moldeados para adaptarse a la nueva forma de procesar la información. La mayoría de nosotros probablemente estaría de acuerdo en que los beneficios superan a los costes, pero quizá queramos pararnos a pensar en la verdadera magnitud de ese coste. Quizá haya una forma de minimizarlo y mantener nuestra capacidad de mantener la concentración y pensar en profundidad, de contemplar y reflexionar.

Es una cuestión que bien merece nuestra consideración. El autor utiliza estas palabras para resumir lo que está en juego:

"Si perdemos esos espacios de tranquilidad, o los llenamos de 'contenido', sacrificaremos algo importante no sólo en nuestro ser, sino en nuestra cultura".

Conclusión:

Si has notado que te has fatigado a mitad de este resumen de un libro sobre el efecto de Internet en tu capacidad de atención, espero que hayas apreciado la ironía, y que te haya servido para entender el tema. A pesar del incendiario título, Los bajos fondos no es tanto una diatriba contra los males de Internet como un llamamiento a detenerse y reflexionar sobre la forma en que el mundo digital está modificando todo nuestro modo de pensar. Josh Waitzkin, prodigio del ajedrez, campeón de artes marciales y autor de El arte de aprenderEn una entrevista en el programa de Tim Ferriss, describe el papel central que desempeña el espacio vacío en el arsenal de cualquier persona de alto rendimiento:

"... [practicando] formas de estar cada vez más en sintonía con las sutiles ondulaciones dentro de tu cuerpo, aquietando tus aguas, teniendo un estilo de vida menos reactivo, menos adicto a las entradas... siendo realmente conscientes de cómo llenamos el espacio, adictivamente, en la vida. Siempre que hay un espacio vacío, simplemente lo llenamos, en lugar de mantener el vacío - y el vacío es donde tenemos la claridad de la mente y la percepción de estas pequeñas micro-ripas dentro de nosotros, cultivando la capacidad de observar en nosotros y en los demás las ondulaciones más sutiles de la calidad o de la fisiología."

Dado que toda la orientación de Internet se opone fundamentalmente a este cultivo del espacio vacío, es esencial que estructuremos nuestras vidas, cada vez más digitales, de una manera que nos permita alternar entre hacer uso de la red y retirarnos de ella. Quizá nos beneficie preguntarnos si es realmente necesario consultar el correo electrónico o las redes sociales a primera hora de la mañana, o estar en nuestros dispositivos sólo unos minutos antes de irnos a dormir. ¿Es más un coste o un beneficio permitir las "notificaciones" en tus dispositivos? Yo he desactivado todas y cada una de ellas y no me he arrepentido ni un momento.

Una poderosa herramienta para su arsenal es la meditación, que yo definiría no en algún sentido espiritual, sino simplemente como el concepto muy práctico de tomarse unos minutos para pausar sus actividades y pensamientos, creando el espacio vacío que nos permite reorientar nuestras acciones. La aplicación Headspace es una introducción fácil y gratuita a este enfoque práctico del cultivo del espacio vacío, y la versión premium me ha parecido una guía útil para quienes desean profundizar.

En esta segunda ironía (usar Internet para resolver un problema creado por usar demasiado Internet) está quizá la mejor demostración de la naturaleza de este mundo interconectado en el que debemos navegar. Los bajíos no son siempre un mal lugar para un barco, pero no son un lugar para permanecer indefinidamente.

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