Resumen de Inteligencia Emocional 2.0
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Resumen de Inteligencia Emocional 2.0 | Travis Bradberry y Jean Greaves

La vida es muy ajetreada. Tiene Inteligencia emocional 2.0 ¿ha estado acumulando polvo en su estantería? En lugar de ello, recoja ahora las ideas clave.

Estamos arañando la superficie. Si aún no tiene el libro, pídalo aquí o conseguir el audiolibro gratis en Amazon para conocer los jugosos detalles.

Este libro proporciona una definición y un marco para pensar en la inteligencia emocional, una herramienta cuantitativa para medir su cociente de inteligencia emocional (EQ) y 66 pasos específicos y prácticos que puede tomar para mejorar su EQ.

Capítulos 1 y 2: Definición de la inteligencia emocional y su importancia

Los autores comienzan contrastando la importancia de la Inteligencia Emocional para el éxito con la atención que solemos prestarle. He aquí algunas estadísticas:

  • Las personas con un coeficiente intelectual medio superan a las personas con un coeficiente intelectual alto el 70% de las veces
  • El coeficiente intelectual tiene una correlación nula con el coeficiente intelectual
  • La Inteligencia Emocional representa alrededor de 58% de rendimiento en la mayoría de los trabajos
  • Las personas con alta Inteligencia Emocional ganan $29.000 más que las personas con baja Inteligencia Emocional, de media
  • Los aumentos de puntos EQ están muy correlacionados con el salario ($1.300 de aumento por punto)

A diferencia del coeficiente intelectual, puedes aumentar sustancialmente tu coeficiente intelectual con esfuerzo. Debido al cableado de nuestro cerebro, es un hecho biológico que nuestra primera reacción ante cualquier acontecimiento será emocional, pero sólo el 36% de las personas son capaces de identificar con precisión sus propias emociones cuando se producen.

¿Qué es exactamente la Inteligencia Emocional? Según los autores, "la inteligencia emocional es tu capacidad para reconocer y comprender las emociones en ti mismo y en los demás, y tu capacidad para utilizar esta conciencia para gestionar tu comportamiento y tus relaciones."

Capítulo 3: Un marco para entender, medir y mejorar la Inteligencia Emocional

Aunque el marco de Inteligencia Emocional de los autores no es increíblemente complejo, el gráfico que presentan para su visualización es útil:

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Las personas con un alto grado de autoconciencia saben lo que hacen bien, lo que les motiva y satisface, y las personas y situaciones que les hacen perder el control. Esta es la habilidad fundamental de la inteligencia emocional.

El siguiente componente de la Inteligencia Emocional se basa en el autoconocimiento. Según los autores, "la autogestión es tu capacidad de utilizar la conciencia de tus emociones para ser flexible y dirigir tu comportamiento de forma positiva". Esto implica tu capacidad de dejar de lado tus necesidades inmediatas para centrarte en los objetivos a largo plazo.

La conciencia social es la capacidad de reconocer las emociones de otras personas y comprender lo que realmente está ocurriendo en una situación. En contraste con la tendencia natural a pensar en lo que vas a decir a continuación o a tratar de anticipar lo que dirá la otra persona, alguien que tiene una alta conciencia social tiene una perspectiva muy parecida a la de un antropólogo: observar y comprender objetivamente el comportamiento humano.

La parte final y más compleja de la Inteligencia Emocional es la gestión de las relaciones, es decir, utilizar la conciencia de las emociones para gestionar con éxito las interacciones, tanto en el momento como a lo largo del tiempo.

Capítulo 4: Medición de la Inteligencia Emocional y creación de un plan para potenciarla

Los autores proporcionan una clave en cada libro para acceder a su Evaluación de la Inteligencia Emocional y así poder evaluar sus puntos fuertes y débiles. La evaluación consiste en 28 preguntas de autoevaluación en las que se califica la frecuencia con la que se muestran determinados comportamientos (por ejemplo, "Se puede contar con él" o "Hace cosas de las que se arrepiente cuando está molesto"), desde "Nunca" hasta "Siempre".

La ventaja del test es que computa tus respuestas, calcula una puntuación del 1 al 99 para cada uno de los cuatro componentes de la Inteligencia Emocional, y te remite a la página del libro que habla de cómo mejorar cada área que representa un punto débil para ti.

Esperaba un test más riguroso con características como la identificación de emociones en clips de vídeo, o la recogida de opiniones de amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc. Me reconforta el hecho de que los creadores de este test hayan trabajado con más de 75% de empresas de la lista Fortune 500 y sean generalmente reconocidos como el principal proveedor mundial de tests y formación en inteligencia emocional, pero soy un poco escéptico en cuanto a la precisión de un test que se basa en el autoinforme. Supongo que el test pretende ser únicamente una herramienta personal para identificar más específicamente los puntos fuertes y débiles, en lugar de una métrica comparable.

A continuación, los autores nos dan los siguientes 66 consejos para mejorar las distintas dimensiones de la Inteligencia Emocional, que podemos leer en su totalidad y luego seleccionar algunos específicos para ponerlos en práctica. Conviene centrarse en un solo componente de la Inteligencia Emocional a la vez, y elegir sólo un par de consejos dentro de ese componente para ponerlos en práctica. Si intenta poner en práctica simultáneamente más que eso, probablemente no podrá concentrarse lo suficiente como para reconocer los patrones emocionales relevantes y crear nuevos hábitos. Ésta es probablemente la razón más convincente para realizar la evaluación de la Inteligencia Emocional: ser capaz de identificar qué enfoque específico es el adecuado.

Capítulo 5: Estrategias de autoconocimiento

1. Deja de tratar tus sentimientos como buenos o malos. Juzgar tus emociones te impide comprenderlas, añade más emociones al montón y te impide ver la causa del sentimiento original. Comprende, no juzgues.

2. Observa el efecto dominó de tus emociones. Reconoce que cuando actúas a partir de tus emociones, los efectos pueden ser a largo plazo, y en algo más que la persona a la que dirigiste la emoción.

3. Apóyate en tu malestar. Tendemos a intentar ignorar o minimizar las emociones desagradables, pero esto nos impide comprenderlas.

4. Siente tus emociones físicamente. Aprende a detectar los cambios físicos que acompañan a tus diferentes emociones y podrás entender mejor lo que sientes.

5. Conoce quién y qué es lo que te hace saltar la chispa. Esto debe ser específico: identifique las personas, situaciones y entornos exactos que desencadenan sus emociones, restregándolas por el camino equivocado, y haga una lista. Esto le permitirá determinar el origen de su reacción a estas cosas.

6. Vigílate como un halcón. Desarrolle una comprensión más objetiva de su comportamiento tomando nota de sus emociones y comportamientos a medida que se desarrolla una situación.

7. Lleva un diario sobre tus emociones. Como las emociones son un tema tan intangible, necesitarás anotar las cosas para entenderlas mejor, identificar patrones y hacer un seguimiento del progreso. También te ayudará después a recordar tus tendencias en el momento.

8. No te dejes engañar por el mal humor. Un mal estado de ánimo puede eclipsar todas tus emociones, por lo que debes reconocer cuándo es el estado emocional el que te está afectando en lugar de una emoción individual, y pasar por el mismo proceso para identificar lo que causó el estado de ánimo.

9. Tampoco te dejes engañar por el buen humor. También debes tratar de entender por qué se produce tu buen humor, tanto para comprender mejor tus emociones como para evitar los perjuicios que puede ocasionar el buen humor (exuberancia irracional, por ejemplo).

10. Detente y pregúntate por qué haces las cosas que haces. Tus emociones te alertarán de cosas que nunca sabrías de otro modo.

11. Visite sus valores. Contrastar tus valores con la forma en que tus emociones te obligan a actuar es un ejercicio útil para aumentar tu autoconciencia. Coge un papel y anota tus valores en una columna, y todo lo que hayas hecho recientemente de lo que no estés orgulloso en una segunda columna. Los autores sugieren hacerlo entre diario y mensualmente para tenerlo presente antes de reaccionar de una manera que lamentarías.

12. Compruébelo usted mismo. Tu aspecto físico siempre da buenas pistas sobre cómo te sientes. Observa tus expresiones faciales, tu lenguaje corporal, tu ropa, etc.

13. Localiza tus emociones en libros, películas y música. El arte con el que te identificas puede ofrecerte más pistas sobre tus emociones. Piensa cuál de estas cosas te llama la atención y pregúntate por qué.

14. Buscar opiniones. Dado que tu comprensión de las emociones está limitada por tu propia perspectiva, es muy valioso recibir comentarios de otras personas. Pide a otros ejemplos concretos y busca similitudes en las respuestas de las distintas personas.

15. Conócete a ti mismo bajo estrés. Aprende a reconocer tus primeros signos fisiológicos y emocionales de estrés y tómate el tiempo necesario para descansar o recargarte antes de que ese estrés se acumule.

Capítulo 6: Estrategias de autogestión

1. Respira bien. El oxígeno va primero a las funciones vitales de tu cuerpo y luego a las funciones complejas que te ayudan a mantener la calma. Aprender técnicas de respiración correctas y concentrarse conscientemente en ella cuando se está estresado es un consejo sencillo y repetido a menudo, pero es crucial.

2. Crea una lista de emociones frente a razones. Acostúmbrate a crear una lista siempre que tus emociones y tu razonamiento entren en conflicto, con tus emociones por un lado y las razones racionales por otro. Utiliza la lista para identificar qué emociones no son consideraciones válidas y cuáles ofrecen pistas importantes que tu razón puede haber pasado por alto.

3. Haz públicos tus objetivos. Como la mayor parte de la autogestión es una cuestión de motivación, al hacer públicos tus objetivos puedes aprovechar la motivación de las expectativas de los demás. Comparte los objetivos adecuados con las personas adecuadas que te harán responsable de cada uno de ellos.

4. Cuenta hasta diez. Utiliza este truco básico de autogestión para volver a activar tu mente racional cuando sea necesario. Puedes hacer otra cosa, como tomar una copa, para conseguir el mismo efecto y darte esos pocos momentos.

5. Dormir en él. Cuando no sabes qué hacer, el tiempo suele darte claridad al permitir que las emociones sigan su curso y se calmen antes de tomar una decisión.

6. Habla con un experto en autogestión. Pregunte a un autogestor experto sobre sus procesos de autogestión para obtener información que le permita modificar su propio comportamiento.

7. Sonríe y ríe más. Dado que el cambio de tu expresión externa puede influir en tu estado de ánimo interno, obligarte a sonreír puede contrarrestar un estado de ánimo negativo.

8. Dedica un tiempo del día a la resolución de problemas. Simplemente, pon 15 minutos en tu agenda para detener el ajetreo de la actividad y las emociones, y tómate un tiempo para pensar sin la perturbación de tu teléfono u ordenador.

9. Tome el control de su autoconversación. Una persona media tiene unos 50.000 pensamientos al día, cada uno de los cuales desencadena reacciones químicas en su cerebro que influyen en sus emociones y su comportamiento. Normalmente no te das cuenta de ello, pero puedes mejorar tu autogestión identificando los pensamientos negativos (yo siempre, yo nunca, soy un idiota, es su culpa, etc.) y sustituyéndolos por pensamientos más saludables (a veces cometo ese error, acepto la responsabilidad, etc.).

10. Visualiza que tienes éxito. Dado que el cerebro reacciona de la misma manera cuando visualiza algo que cuando lo experimenta realmente, la visualización es una herramienta sencilla pero poderosa para prepararse para el éxito. Tómate un tiempo cada noche antes de irte a la cama y visualízate a ti mismo actuando de la manera que te gustaría en situaciones en las que has tenido dificultades en el pasado, o en las que podrías tenerlas al día siguiente.

Consulte mi resumen de Piense y hágase rico de Napoleón Hill para saber más sobre la importancia de la visualización y los detalles de esta práctica.

11. Limpia tu higiene del sueño. Necesitas 20 minutos de luz solar natural por la mañana cada día para restablecer tu reloj biológico. Evita la cafeína después del desayuno (la cafeína permanece en tu organismo durante 12 horas), las pantallas durante dos horas antes de acostarte (la luz azul impide la producción de las hormonas necesarias para el sueño), y actividades como trabajar o ver la televisión en la cama (que impiden que tu cerebro indique a tu cuerpo que debe dormir cuando estás en la cama).

12. Centra tu atención en tus libertades, más que en tus limitaciones. Asume la responsabilidad de lo que puedes influir en cualquier situación (como tus propias actitudes y reacciones), en lugar de preocuparte por cosas que están fuera de tu control.

Como se menciona en mi resumen del primer hábito de Stephen Covey en Los 7 hábitos de la gente altamente efectivaCuanto más te concentres en lo que puedes influir, más te darás cuenta de que eres capaz de influir.

13. Manténgase sincronizado. Si tu lenguaje corporal no se ajusta a la situación, es una señal de que tus emociones están fuera de lugar. Sé consciente de tu lenguaje corporal y utilízalo como pista para abordar tus emociones cuando sea necesario. Consulta Lo que todo el mundo dice por Joe Navarro para obtener un manual sobre cómo descifrar y aprovechar el lenguaje corporal.

14. Habla con alguien que no esté involucrado emocionalmente en tu problema. Una segunda opinión puede ser inestimable, pero sólo si la otra persona no tiene sus propias emociones sobre una situación concreta. Encuentra a las personas adecuadas para que sean cajas de resonancia en las situaciones adecuadas.

15. Aprende una valiosa lección de todas las personas con las que te encuentres. La clave aquí está en la mentalidad; si buscas aprender una valiosa lección de todas las personas con las que te relacionas, tendrás una mentalidad que te hará ser más flexible, abierto y relajado. Pregúntate siempre qué puedes aprender sobre ti mismo o sobre los demás a partir del comportamiento de los otros, y experimentarás reacciones emocionales negativas con mucha menos frecuencia.

16. Poner una recarga mental en tu agenda. La actividad física proporciona a tu cerebro un importante descanso, además de los beneficios físicos. Poner el ejercicio físico en tu agenda en lugar de tratar de encajarlo si tienes tiempo.

17. Acepta que el cambio está a la vuelta de la esquina. Dado que la gente tiende a alterarse con los cambios, aceptar que éstos son inevitables le ahorrará mucho estrés. Los autores sugieren dedicar un tiempo cada semana o dos a escribir algunos cambios que podrían producirse en áreas importantes de su vida, así como las acciones que desearía llevar a cabo si esos cambios se producen.

Capítulo 7: Estrategias de sensibilización social

1. Salude a las personas por su nombre. Utilizar y recordar el nombre de alguien es una forma básica de captar su atención. Imagínese el nombre de la persona deletreado y utilícelo al menos dos veces en su primera conversación con ella. Véase Cómo ganar amigos e influir en la gente, de Dale Carnegie para saber más sobre por qué es tan importante.

2. Observa el lenguaje corporal. Si te conviertes en un experto lector del lenguaje corporal, podrás reconocer mejor las señales emocionales y adaptarte a ellas.

3. Haz que la sincronización lo sea todo. Concéntrese en el estado emocional de la otra persona y en su estado de ánimo, en lugar de en el suyo propio, para determinar el momento adecuado para lo que necesita comunicar. Un ejemplo sencillo es no pedir un favor cuando la otra persona se encuentra en un estado emocional alterado o enfadado.

4. Desarrollar una pregunta de bolsillo. Tener una pregunta abierta preparada en reserva es útil en los casos en que la conversación está muerta, la otra persona se está cerrando o simplemente no sabes qué decir. Se debe utilizar cuando se necesita inyectar algo de vida en la interacción, no para conversaciones que ya están cargadas emocionalmente.

5. No tome notas en las reuniones. Si te centras en tomar notas, es probable que te pierdas pistas importantes de la conversación. La mayor parte de la comunicación se produce de forma no verbal, por lo que siempre que sea posible debes centrarte en las personas, no en tus notas. Si es necesario tomar notas, asegúrate de hacer pausas a intervalos regulares para observar a las personas en la reunión y captar las señales emocionales.

6. Planifica con antelación las reuniones sociales. Parece un poco rebuscado, pero la realidad es que planificar con antelación te permitirá estar más presente emocionalmente en el evento. Anota cualquier cosa que quieras asegurarte de cumplir, y te olvidarás menos y te darás cuenta más.

7. Despeja el desorden. Se trata de mejorar la capacidad de escucha centrándose en las palabras y expresiones de la otra persona en lugar de pensar en lo que quieres decir a continuación. La diferencia es tu propósito mental: ¿estás en la conversación para impresionar a la otra persona con tus conocimientos o para aprender algo?

8. Vive el momento. Estar presente allí donde estés en lugar de perder el tiempo lamentando el pasado y preocupándote por el futuro te permitirá ser más perceptivo con las personas que te rodean.

9. Haz un recorrido de 15 minutos. Los autores sugieren dedicar 15 minutos de cada jornada laboral a pasear y observar las señales emocionales: el aspecto de los espacios de trabajo de la gente, el ritmo de los movimientos de las personas, el estado de ánimo general, etc.

10. Ver EQ en el cine. Tómate el tiempo de ver dos películas específicamente con el fin de observar las emociones de los personajes, el lenguaje corporal, las relaciones, las interacciones, etc.

11. Practica el arte de escuchar. Esto significa practicar una concentración consciente en el orador y en el tono, la velocidad y el volumen de su voz.

12. Ir a ver a la gente. Para mejorar su capacidad de conciencia social, vaya a una cafetería, una tienda de comestibles u otros lugares públicos con el propósito expreso de observar los estados emocionales de la gente.

13. Entender las reglas del juego de la cultura. En el mundo actual, ser socialmente consciente requiere desarrollar la inteligencia emocional en todo el espectro de las culturas del mundo. Se trata de una tarea compleja, ya que cada cultura tiene sus propias normas para las interacciones personales, familiares y comerciales. Requiere paciencia para observar y dedicar más tiempo a entender las expectativas culturales de las personas que no pertenecen a la propia cultura.

14. Prueba de precisión. Si no estás seguro de lo que un indicio te dice sobre alguien, siempre puedes preguntar. Indica lo que ves ("Pareces triste...") y haz una pregunta directa ("¿Ha pasado algo?")

15. Ponte en su lugar. Recuerda que las personas tienen orígenes y motivaciones diferentes. Ponte en su situación y, desde la perspectiva de cómo ellos verían las cosas, trata de entender por qué actúan así. Cuando sea posible, comprueba con ellos si tus conjeturas son correctas.

16. Busca la imagen completa. Pregunte a la gente sobre la percepción que tienen de usted, o envíe una encuesta de 360 grados para obtener comentarios que le ayuden a entender cómo se presenta ante los demás.

17. Capta el ambiente de la sala. Pasar de la percepción de los individuos a ser capaz de leer la sala es un gran salto en las habilidades. Probablemente tendrás una sensación visceral, pero también puedes observar grupos de personas para ver cómo hablan, cómo se mueven, cómo se agrupan, etc. Puede ser útil hacer esto con alguien que tenga experiencia en la lectura de una sala.

Capítulo 8: Estrategias de gestión de las relaciones

1. Sé abierto y curioso. Compartir cosas sobre ti mismo dejará menos espacio para que la gente te malinterprete, y cuanto más sepas sobre otra persona, más claramente podrás interpretar sus señales emocionales.

2. Potencie su estilo de comunicación natural. Todos podemos beneficiarnos de entender y ajustar nuestro estilo natural de comunicación. Los autores sugieren otro ejercicio de escritura, con los aspectos positivos de tu estilo en un lado y los negativos en el otro. Pide a tus amigos o a tu familia que te ayuden a definir los aspectos positivos y negativos, y escoge algunos de cada uno para destacarlos o trabajarlos.

3. Evite dar señales contradictorias. Es posible decir algo que está en tu mente y, al mismo tiempo, exhibir un lenguaje corporal que muestra una emoción diferente que aún persiste de una situación o conversación completamente diferente. Sé consciente de tus emociones para asegurarte de que tu cuerpo y tu voz coinciden con tus palabras. Si no es así, explica el motivo para que la gente no reciba señales confusas.

4. Recuerde las pequeñas cosas que son importantes. Vuelve a incorporar algunos buenos modales a la antigua usanza en tu forma de hablar si aún no tienes la costumbre de decir las pequeñas cosas como "por favor", "gracias" y "lo siento".

5. Acepta bien los comentarios. Aprecia los comentarios que recibas y sé consciente de tu respuesta. Pide ejemplos para entender realmente lo que se dice, y agradece a la persona sus comentarios. Es difícil tanto dar como recibir comentarios. Muchos de los puntos anteriores son aplicables; considera la posibilidad de dormir sobre el feedback, o hacer una lista de emociones frente a razones.

6. Construir la confianza. Comienza el proceso de creación de confianza siendo la primera persona en "abrirse" y compartir algo sobre ti. Citaré directamente a los autores en cuanto a los pasos para seguir construyendo la confianza: "Comunicación abierta; voluntad de compartir; coherencia en las palabras, las acciones y el comportamiento a lo largo del tiempo; y fiabilidad en el seguimiento de los acuerdos de la relación".

7. Tener una política de "puertas abiertas". Se trata de encontrar formas concretas de aumentar tu accesibilidad a los demás, no de poner tu tiempo a disposición de cualquiera en cualquier momento.

8. Sólo se enfada a propósito. Es saludable expresar la ira de manera que comunique que tienes sentimientos fuertes, o que una situación es grave. Utiliza la ira con moderación y de forma intencionada, en lugar de dejar que te controle. Una vez más, los autores sugieren poner el lápiz sobre el papel; anotar las cosas que te hacen enfadar, desde las molestias menores hasta las cosas que te hacen explotar. Define específicamente el grado de enfado en cada situación que mejoraría la relación. Si no es posible, la ira no es apropiada para la situación.

9. No evites lo inevitable. Cuando te enfrentes a una situación que no te guste, no te retractes; sólo empeorarás las cosas. Aplica tus habilidades de Inteligencia Emocional para encontrar algo que te ayude a superar la situación o la mejore.

10. Reconocer los sentimientos de la otra persona. Acepta el derecho de los demás a experimentar sus emociones sin apartar esos sentimientos ni darles importancia. Respeta el derecho a esos sentimientos, aunque no estés de acuerdo con ellos. Escucha y repite lo que has oído para mostrar tu comprensión y preocupación.

11. Complementa las emociones o la situación de la persona. A menudo tenemos la tendencia a reflejar las emociones de la otra persona, pero responder a la ira con ira, por ejemplo, sólo empeorará las cosas. Tómate el tiempo de considerar algunas situaciones pasadas que hayas vivido, y piensa en qué momento otra persona actuó de una manera que complementó tus emociones, haciendo que la interacción fuera agradable.

12. Cuando te preocupes, demuéstralo. Los pequeños actos de agradecimiento pueden crear relaciones poderosas.

13. Explica tus decisiones, no las tomes sin más. La gente necesita entender por qué se tomó una decisión para poder apoyarla. Tómese el tiempo necesario para verbalizar su proceso de decisión, incluyendo las alternativas y las razones por las que tomó la decisión que tomó. Si es posible, busque opiniones antes de tomar la decisión y reconozca siempre los efectos de la misma. Los autores sugieren revisar el calendario para identificar las tres próximas decisiones, considerar a quiénes afectarán, preparar explicaciones, etc.

14. Haz que tus comentarios sean directos y constructivos. La clave para dar una buena retroalimentación es tener en cuenta a la persona que la recibe y adaptar su enfoque en consecuencia. Tómate el tiempo de considerar a la persona de antemano.

15. Alinea tu intención con tu impacto. Los momentos en los que tu impacto no se alineó con tu intención te darán pistas sobre las áreas de tu Inteligencia Emocional que puedes mejorar. Piensa en los momentos en los que, sin querer, has provocado resentimientos o relaciones que parecen ilógicamente tensas.

16. Ofrezca una declaración de "arreglo" durante una conversación interrumpida. Aprenda a reconocer cuando una conversación se está deteriorando y diga algo como: "Esto es difícil" o "¿Cómo te sientes?". Ofrece un botón de reinicio para restablecer las líneas de comunicación abiertas.

17. Abordar una conversación difícil. Las conversaciones difíciles surgirán sin importar lo alto que sea su coeficiente intelectual. Los autores ofrecen un enfoque en seis partes para gestionarlas mejor:

  1. Comience la discusión con un terreno común.
  2. Pide a la otra persona que te ayude a entender cómo se siente.
  3. No defiendas tu punto de vista hasta que hayas escuchado la perspectiva de la otra persona.
  4. A continuación, ayude a la otra persona a entender su versión: su razonamiento, sus sentimientos, etc. Discúlpate, si procede, por la dificultad de la situación.
  5. Hacer avanzar la conversación una vez que se ha dicho lo que se puede decir. Obtener un acuerdo sobre los siguientes pasos.
  6. Realice un seguimiento de lo que ha discutido en un momento posterior como forma de abordar realmente los problemas.

Clasificación

Valoramos Inteligencia Emocional 2.0 4,5/5.

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