Resumen de Grit
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Resumen del libro Grit, reseña y PDF | Angela Duckworth

El poder de la pasión y la perseverancia

La vida es muy ajetreada. Tiene Arena ¿ha estado acumulando polvo en su estantería? En lugar de ello, recoja ahora las ideas clave.

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DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Este es un resumen y análisis no oficial. No está afiliado, autorizado, aprobado, licenciado o respaldado por el autor o el editor del libro en cuestión. El contenido puede contener errores y no debe considerarse un sustituto de la consulta a un profesional.

Sinopsis

Arena es una investigación sobre la importancia de la determinación y la perseverancia para el éxito. La sociedad tiende a centrarse en la importancia del talento natural. Observamos a los atletas, los músicos y los académicos que rinden al más alto nivel y asumimos que están ahí gracias a una genética afortunada. La autora acepta que la genética desempeña un papel en la consecución del éxito, pero sugiere que el esfuerzo es dos veces más importante. El libro ofrece una guía sobre cómo fomentar las agallas, mantenerlas y aplicar inteligentemente el esfuerzo para mejorar las posibilidades de alcanzar los objetivos. 

La perspectiva de Angela Duckworth

Angela Duckworth se licenció en Neurobiología en la Universidad de Harvard en 1992. Posteriormente, se graduó en la Universidad de Oxford en 1996 con un máster en neurociencia. Por último, se doctoró en psicología por la Universidad de Pensilvania en 2006. A pesar de su formación académica, Angela comenzó su carrera como consultora de gestión. Sin embargo, no encontró este papel gratificante y decidió dejar su trabajo para convertirse en profesora de matemáticas en la ciudad de Nueva York. Tras muchos años enseñando a jóvenes estudiantes, Duckworth se interesó cada vez más por el papel que tenía el esfuerzo en el éxito. A raíz de sus descubrimientos, comenzó su doctorado en psicología en la Universidad de Pensilvania para seguir estudiando este tema. En la actualidad, Duckworth es profesora de la Universidad de Pensilvania, conferenciante de TED y fundadora y directora general de Character Lab. Character Lab es una organización sin ánimo de lucro comprometida con el avance de la ciencia del desarrollo del carácter.

Qué es el valor y por qué es importante

Duckworth describe el concepto de agallas como una forma de perseverancia. La perseverancia es esencial para cualquier persona que alcance altos niveles de éxito. Las personas de alto rendimiento nunca se conforman con objetivos mínimos. Por tanto, estas personas nunca creen que vayan a alcanzar sus objetivos, ya que siempre se esfuerzan por conseguir más. Las personas de alto rendimiento también están constantemente insatisfechas con su rendimiento y sus resultados. Curiosamente, estas personas disfrutan de esta insatisfacción, ya que siempre quieren perseguir más. Duckworth describe la verdadera valentía como una forma de soportar la pasión, el dolor y la frustración. Las personas con verdadero valor no tienen la opción de "rendirse". 

Talento

La sociedad está obsesionada con la idea del talento natural. Nos encanta la idea de que la gente es buena de forma innata para las cosas, y la utilizamos como excusa para justificar por qué no podemos alcanzar determinados objetivos. Sin embargo, Duckworth cuestiona la idea de que el talento deba considerarse la característica más importante del éxito. Ella no cree que el talento sea la única razón por la que alcanzamos nuestros objetivos. El esfuerzo es tan importante como el talento cuando se consideran los resultados. Además, la obsesión de los individuos por el talento puede distraerlos de aplicar el máximo esfuerzo a todo lo que hacen. 

Las investigaciones han revelado que el 66% de los empleadores estadounidenses se inclina por el trabajo duro, las agallas y la determinación a la hora de buscar un empleado adecuado. Por lo tanto, es fundamental que dejes de obsesionarte con el talento. Del mismo modo, un estudio reciente del psicólogo Chia-Jung Tsay descubrió que una abrumadora mayoría de los expertos en música atribuían sus logros al trabajo duro, el esfuerzo y la práctica. Por lo tanto, los que tienen éxito sugieren que el trabajo duro es vital, y los que quieren construir un equipo de éxito buscan contratar a trabajadores duros. En resumen, el talento no lo es todo.

Esfuerzo

Nuestro énfasis en el talento nos permite creer que los grandes triunfadores hacen algo que nosotros no podríamos hacer físicamente. Por ejemplo, empezamos a creer que un atleta olímpico tiene un talento natural que nosotros nunca podríamos igualar. Sin embargo, al centrarnos en el talento, nos olvidamos de los madrugones, las horas de entrenamiento y el estricto régimen alimenticio de los atletas. Nos olvidamos del esfuerzo que ha realizado ese atleta para tener éxito. 

En lugar de explicar de forma lógica por qué tienen éxito las personas de alto rendimiento, les atribuimos un elemento de misterio. Nos resulta más atractivo suponer que los demás son sobrehumanos en lugar de aceptar que nosotros somos simplemente mediocres y no nos esforzamos lo suficiente. Nuestra excesiva atención al talento nos impide compararnos con las personas de alto rendimiento. Esta falta de comparación nos limita, ya que necesitamos esta comparación para impulsarnos a poner nuestro máximo esfuerzo. 

El esfuerzo es dos veces más importante que el talento

Duckworth considera que el talento depende del esfuerzo. Por tanto, define el talento como "la rapidez con la que se desarrollan tus habilidades cuando dedicas tiempo y esfuerzo. Entonces, tus logros son el resultado de que tus habilidades desarrolladas se pongan en práctica". Duckworth acepta que su fórmula del éxito no tiene en cuenta la suerte y las oportunidades. Sin embargo, está más interesada en las formas en que podemos mejorar nuestras posibilidades de tener éxito. Las oportunidades y la suerte son factores externos sobre los que no podemos influir directamente. El esfuerzo, en cambio, está totalmente bajo nuestro control. 

Duckworth introdujo la idea de que los logros son una combinación de habilidad y esfuerzo. En concreto, proporcionó la siguiente ecuación para el éxito:

Habilidad × Esfuerzo = Logro

Un excelente ejemplo de que el esfuerzo es más importante que la habilidad es el premiado escritor John Irving. Irving estaba lejos de ser un talento natural. Tuvo problemas en la escuela, se retrasó un año y recibió notas por debajo de la media en todas las asignaturas. De hecho, sólo recibió un C- en inglés.

Con el tiempo, Irving se enteró de que tenía dificultades en la escuela porque tenía dislexia. Sin embargo, en lugar de ver esto como una limitación que le impediría tener éxito, Irving vio esto como una motivación para trabajar aún más duro. Trabajó el doble de duro durante el resto de su vida. Por ejemplo, escribía más de diez borradores de sus novelas para poder perfeccionarlas. Irving tenía la esperanza de que este duro trabajo acabaría dando sus frutos. Los resultados hablan por sí mismos: su novela El mundo según Garp ganó el Premio Nacional del Libro en 1978.

El ejercicio como ejemplo de esfuerzo frente al talento

Duckworth considera que el ejercicio y el fitness son ejemplos perfectos de su teoría de que el esfuerzo es más importante que el talento. Por ejemplo, explica que el equipamiento para hacer ejercicio, incluyendo la ropa y el calzado, es una de las categorías que más se compran. A pesar de ello, los estudios sugieren que el 40% de las personas utilizan su equipo de fitness mucho menos de lo que pretendían inicialmente. Por lo tanto, la forma física depende menos de su capacidad y sus oportunidades (el equipo) y tiene más que ver con la intensidad y la frecuencia con la que hacemos ejercicio. 

En todas las cosas de la vida, es más fácil abandonar que perseverar. En consecuencia, la mayoría de la gente abandona demasiado pronto en un proceso. Abandonan cuando todavía hay muchas posibilidades de obtener un resultado positivo de sus esfuerzos. Por lo tanto, Duckworth anima a los lectores a profundizar cuando las cosas no van como ellos quieren. En lugar de abandonar, deben decidir poner el máximo esfuerzo de forma constante día tras día. Si continúa esforzándose al máximo sin excusas, entonces está destinado a tener éxito.  

Talento frente a habilidad

La gente tiende a equiparar el talento con la habilidad. Sin embargo, no son lo mismo. Duckworth describe el talento como una capacidad natural. Por el contrario, sólo se puede desarrollar una verdadera habilidad dedicando horas de esfuerzo al desarrollo de un atributo concreto. Deberá dedicar mucho más tiempo a su habilidad que a su talento. 

Es significativo que Duckworth también diferencie entre habilidad y logro. Los logros son resultados que sólo son alcanzables si se ha puesto el suficiente esfuerzo en el desarrollo de las habilidades. 

Objetivos

Cada uno de nosotros tiene una amplia gama de objetivos. Estos objetivos pueden ser desde listas a corto plazo de lo que se quiere hacer hoy hasta objetivos para toda la vida. Duckworth describe esta gama de objetivos como una jerarquía. La parte inferior de la jerarquía de objetivos está formada por los objetivos que quieres alcanzar lo antes posible. Estos objetivos son la base de tu éxito. Completar los objetivos diarios y semanales es fundamental para alcanzar los objetivos superiores de la jerarquía. De ahí que Duckworth describa la parte inferior de su jerarquía de objetivos como una forma de avanzar hacia sus objetivos más grandes. Por ejemplo, si no envías tus correos electrónicos a primera hora del día, no tendrás tiempo para llevar a cabo un proyecto creativo importante. Quita de en medio los objetivos más bajos, ya que sólo son un medio para alcanzar un fin. Cuanto más se asciende en la jerarquía de objetivos, más se convierten éstos en el fin en sí mismos. Por ello, Duckworth recomienda que pienses en tus objetivos superiores como una brújula que guía todos tus objetivos inferiores. Estos objetivos inferiores sustentan el objetivo final y global que se encuentra en la cima de la jerarquía.

Duckworth pone el ejemplo de Tom Seaver. Tom era un apasionado del béisbol desde muy joven. Consiguió hacer realidad su sueño haciendo que todos los objetivos de su vida se centraran en lanzar en el béisbol. Por ejemplo, Tom se quedaba en la sombra si viajaba por un clima soleado. Lo hacía porque las quemaduras de sol en su brazo de lanzar interferirían con su objetivo de ser un exitoso lanzador de béisbol. Cada detalle de su vida se planificaba en torno a su objetivo general. Posteriormente, se retiró a la edad de 42 años, después de haber lanzado 3.640 strikeouts a lo largo de una carrera de 20 años en las grandes ligas de béisbol.

Objetivos de Grit

El valor implica perseverar y luchar en los momentos difíciles. Sin embargo, la valentía también implica mantener tus objetivos de mayor jerarquía durante mucho tiempo. Los objetivos de la parte superior de la jerarquía deben ser fundamentales para todas las acciones de tu vida. Por lo tanto, una persona con agallas desarrolla objetivos de alto nivel y los integra en sus objetivos inferiores durante un largo periodo. Posteriormente, cada pequeño objetivo que completa es un paso más hacia la consecución de su objetivo de alto nivel.

¿Se nace con el valor?

Duckworth explica que no hay una respuesta clara a si la determinación es innata o algo que podemos aprender. Sin embargo, su respuesta rápida es que es probable que nazcamos en parte con ella. Sin embargo, Duckworth cree que el valor es una combinación de genética y experiencia. Aunque la genética tiene un pequeño impacto en tu agallas, es posible mejorar en gran medida tus agallas a través de las experiencias. Por ejemplo, Duckworth explica que los adultos mayores podrían ser potencialmente más valientes debido a que crecieron en una era cultural diferente. Era una época en la que la perseverancia se inculcaba a la mayoría de la gente desde una edad temprana. Sin embargo, una explicación alternativa es que maduramos con el tiempo y nos volvemos más valientes por ello. 

Las cuatro características de una persona valiente

Duckworth señala que la arenisca puede definirse a partir de cuatro características:

  1. La pasión y el interés son fundamentales. Para tener agallas, los individuos deben disfrutar de lo que hacen y estar comprometidos con sus pasiones. Esta pasión tiene que guiarles a dedicar partes de su día, todos los días, a sus intereses. Además, una persona con agallas entenderá que los intereses no se convierten en especialidades de la noche a la mañana. Por el contrario, una persona con agallas está dispuesta a ser paciente y, mediante un esfuerzo constante, acabará destacando. 
  2. La capacidad de practicar. Las personas con agallas se dedicarán a practicar cada día para rendir mejor que el día anterior. Practicar no le hará perfecto. Sin embargo, te hará más competente.
  3. Tener un propósito. Toda persona valiente necesita un propósito global que le dé su pasión y motivación. Incluso el individuo más duro luchará por continuar a través de las dificultades si siente que no tiene un propósito. Por lo tanto, los individuos con agallas entenderán su propósito y ajustarán sus decisiones y acciones de acuerdo con su propósito.
  4. Una persona valiente necesita esperanza. La esperanza de una vida mejor para ti o para los que te rodean es fundamental. Si una persona no cree que puede hacer un cambio, no se comprometerá a perseverar cuando las cosas se pongan difíciles.

La importancia de la pasión es que te proporciona la motivación diaria para seguir avanzando. Una encuesta de Gallup de 2014 reveló que ⅔ de los trabajadores estadounidenses no están motivados por su trabajo. Solo 13% de los trabajadores dijeron sentirse comprometidos con su trabajo. Esto pone de manifiesto un claro problema con las personas que persiguen objetivos profesionales que no les apasionan. Esta falta de pasión crea una mano de obra que carece de agallas para triunfar. En 2003, el psicólogo Mark Allen Morris entrevistó a cientos de empleados estadounidenses. Los resultados confirmaron que las personas son más felices cuando su trabajo coincide con sus intereses. La felicidad genera éxito.

Por lo tanto, intenta seguir una carrera profesional que se adapte a ti. Por ejemplo, las personas con mentalidad creativa nunca se dedicarán plenamente a un trabajo administrativo de oficina. Esta coincidencia sólo les llevará a tener menos éxito para la empresa en la que trabajan y menos éxito personal. De ahí que Duckworth recomiende encontrar un trabajo que te permita seguir siendo valiente para perseguir un objetivo personal más elevado.

Cultivar el valor desde dentro

Emulación en lugar de imitación

Duckworth considera que la crianza sabia incluye amor, límites y libertad. Los padres sabios dan a sus hijos un apoyo constante para que los emulen y tengan éxito en sus objetivos, en lugar de imitar todos sus movimientos. Cuanto más mayores somos, más podemos juzgar las acciones y comportamientos de nuestros padres. Aprendemos desde pequeños a imitar sus acciones. Sin embargo, en lugar de limitarnos a copiar sus comportamientos, debemos aprender a incorporar sus planteamientos de éxito a nuestros propios objetivos. Las personas valientes emulan a las personas de éxito y su trabajo en lugar de seguirlas ciegamente. 

La regla de lo difícil

Duckworth recomienda que cada uno de los miembros de su familia aplique la regla de lo difícil en su vida. La regla de lo difícil sugiere que te comprometas a dar 100% a algo durante un periodo específico. Dalo todo, y no dejes de dar 100% hasta que haya transcurrido el periodo. Esta cosa no debe ser fácil, sino que debe ser una cosa dura que pueda cosechar beneficios. Si decides continuar después del periodo, entonces esto es genial. De cualquier manera, estás desarrollando una firmeza que te ayudará a comprometerte con objetivos a largo plazo. 

Si usted es padre, Duckworth hace hincapié en la importancia de que el niño elija su propia cosa difícil. La duración del periodo dependerá de la edad del niño. Para los niños más pequeños, una temporada o un año es la mejor duración del compromiso. Luego, a medida que crecen, este periodo puede alargarse. Por ejemplo, Duckworth recomienda un mínimo de dos años en la escuela secundaria. Este periodo debería seguir aumentando a medida que crecen y adoptan nuevas responsabilidades. 

El valor y la escuela

Hay una clara diferencia entre interesante y difícil. A algunos niños la escuela les parecerá dura y poco interesante. Del mismo modo, los mismos niños pueden encontrar interesante la hora de la comida, pero no difícil. Sin embargo, hay cosas en la escuela que son difíciles e interesantes a la vez; por ejemplo, aprender a hacer una voltereta frontal en gimnasia. Las actividades extraescolares suelen ser la parte más crucial de la escolarización de los niños. La combinación de dificultad con interés preparará a los niños para perseguir sus objetivos más adelante en la vida. 

Las investigaciones sugieren que los niños que participan en actividades fuera de su escolarización habitual obtienen mejores resultados en general. Estos niños no sólo mejoran sus notas, sino que también ganan confianza en sus capacidades. Además, aprenden lo vitales que pueden ser los compromisos y la práctica constante para mejorar. 

Para ser realmente valientes, los niños tienen que evitar pasar de un deporte a otro y de una actividad a otra cuando se aburren o tienen dificultades. Deben pasar años trabajando en un solo deporte o arte. Si adoptan el compromiso durante años, se darán cuenta de que el esfuerzo puede mejorar las habilidades y conducir a los logros. 

Cultivar la arena de afuera hacia adentro

Valor y cultura

Duckworth define la cultura como un grupo de personas que comparten los mismos valores y normas. Por lo tanto, si quieres mantener tus niveles de agallas, lo mejor es que te sumerjas en una cultura de agallas. Rodéate de gente con agallas y te beneficiarás a largo plazo. La cultura en la que te sumerjas será enormemente importante para tu crecimiento personal. Tu cultura se convierte en tu identidad. Por tanto, rodéate de gente que te haga ser una persona mejor y más comprometida. 

Practicar con inteligencia

Practicar mucho puede ser una pérdida de tiempo si no se practica de forma inteligente. Por ejemplo, supongamos que se limita a copiar un libro de texto palabra por palabra como técnica de estudio. En ese caso, no necesariamente tendrás éxito. La práctica inteligente es un concepto introducido por el psicólogo cognitivo Anders Ericsson. Ericsson sugiere que las personas adoptan objetivos precisos centrándose en cada detalle. Hacen un seguimiento de todo y responden en consecuencia. Por ejemplo, los deportistas de élite hacen un seguimiento de cada métrica de salud para realizar los cambios necesarios para mejorar. 

La práctica inteligente es deliberada y no en piloto automático. Por lo tanto, esto le ayudará a evitar la repetición por el simple hecho de hacerlo y, posteriormente, le aportará mejores resultados. Ericsson desarrolló un programa para ayudar a entrenar a los médicos a enfrentarse a situaciones críticas específicas.

El programa ofrece a los médicos información después de sugerirles métodos de tratamiento específicos, proporcionándoles pistas si acaban por tomar el camino equivocado. Durante una sesión de formación con el programa, uno de los médicos seguía con el piloto automático. Dedicaba tiempo y esfuerzo, pero no tenía en cuenta los consejos. Después de que se le apartara y se le dijera que reflexionara de forma inteligente, este médico empezó a recoger los frutos de sus esfuerzos. 

La cultura finlandesa de la valentía

Duckworth describió a Finlandia como un país en el que la valentía está muy presente en su cultura. Lo atribuye a los largos y fríos inviernos y a su historia de tener que defenderse. De ahí que tengan su propia palabra para referirse a las agallas, sisu, que se refiere a alguien que tiene la cualidad de ser perseverante. Una psicóloga finlandesa, Emilia Lahti, investigó el sisu y descubrió que 83% de los finlandeses piensan que el sisu es aprendido y no innato.

Por ello, Duckworth anima a los lectores a fomentar la garra y la perseverancia en sus vidas. Intenten olvidarse del talento y la capacidad natural, y pongan todo su empeño en perseguir sus pasiones.

Crítica

Duckworth define las agallas como "la pasión y la perseverancia por objetivos a muy largo plazo". Cree que esto es lo que distingue a las personas con éxito de las que no lo tienen. Los críticos sostienen que su definición de agallas es demasiado amplia y no proporciona una comprensión clara de lo que significa tener agallas.

Los críticos también argumentan que no es justo comparar el éxito de estudiantes con diferentes orígenes. Por ejemplo, los estudiantes que asistieron a buenas escuelas o que provienen de familias ricas podrían tener más éxito que los que no asistieron a buenas escuelas o provienen de familias pobres.


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